sábado 18, mayo, 2024

Miguel Ángel Ferriz, un apasionado actor

Raúl Adalid Sainz

Hace once años se nos fue el gran actor y espléndido ser humano Miguel Ángel Ferriz. El día que lo conocí en el «Teatro Casa de La Paz», de la Colonia Roma, le dije: «Miguel Ángel, Tú, Zurita, Claudio Obregón, Héctor Bonilla, Alejandro Camacho, Jaime Garza, Luis Rábago, fueron un referente para mi generación de actores ochenteros».

Nos dimos un abrazo. Miguel Ángel fue nuestro padrino de develación de placa de la obra «Cenizas de Piedras», que dirigiera Hugo Arrevillaga en el año 2007. Recuerdo que conminó a los actores a seguir adelante, luchando por ser mejores, «El teatro nunca abandona, tarde o temprano te da lo que mereces, se los digo yo», poco más o menos así dijo ese actor apasionado por su profesión.

Les comparto una pequeña crónica que hice a una de sus mejores actuaciones que le vi en teatro: «Loco Amor», de Sam Shepard.

SAM SHEPARD Y «LOCO AMOR». Esta puesta en escena me encantó. José Caballero, director de la obra, ambientó todos los laterales de las paredes del «Teatro Libanés», con anuncios luminosos, esos chillantes de colores en luz de neón de las carreteras norteamericanas.

José planteó dos planos: en abajo izquierda de actor, una mecedora donde situaba al padre, un viejo vaquero que recordaba la historia de sus dos hijos. En el centro la habitación de un motel. Ahí vivían su pasión, su loco amor, «Jim y May», enamorados ciegamente. El destino los había hecho amantes.

Su tragedia es que eran medios hermanos. Las altas emociones eran interpretadas y vividas por dos actores que estaban excelentes: Angélica Aragón y Miguel Ángel Ferriz. Una gran caracterización de vaquero de Miguel Ángel. Aún me parece verlo lazando las sillas del cuarto del motel, para él eran toros. Su monólogo, recordando la aventura con su padre, al conocer los secretos más escondidos de éste, aún me conmueve.

El padre (Patricio Castillo) muy bien trabajado, dando imagen a sus recuerdos, siempre en la mecedora, como eco de destino trágico. Gran dirección actoral y de organización de montaje de uno de los mejores directores escénicos: José Caballero, persona que responde a una generación setentera teatral que ha marcado rumbo sólido en el escenario mexicano.

Inolvidable puesta, texto profundo, imágenes que hablaban, recuerdos que dolían, muy bien dialogado. Shepard habla de un entorno que vive, que conoce, un gran dramaturgo y actor, vaquero de pasión y corazón.

Pd: El cine fue también un medio de expresión para Miguel Ángel, donde dejó grandes trabajos. Recuerdo tres grandes películas que hizo: «El Tonto que hacía milagros», de Mario Hernández; «Lo Mejor de Teresa», de Alberto Bojórquez; y «Los Indolentes» que dirigiera «El Perro» Estrada. Fue maestro de actuación. Sus alumnos lo recuerdan como un gran «Prometeo» que incendió sus corazones de aliento. Un recuerdo a Miguel Ángel, allá en el paraíso donde él mora feliz.

El 27 de julio de 2017, falleció el gran dramaturgo y actor Sam Shepard.

Este texto pertenece a mi libro «Historias de Actores»(un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico.)Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

Compartir en: