Luis Alberto Vázquez Álvarez
Si todos los hombres fueran buenos, no existiría división de opiniones entre si el dinero es bueno o malo, porque no habría ricos y pobres.
Para Santo Tomás de Aquino, la persona es “el ser más eminente, el más perfecto de toda la realidad mundana; la obra máxima del creador de cuanto existe en la tierra”. Para Kant la persona es -Fin en sí mismo, nunca deberá ser usado como medio; es ser dotado de valor intrínseco- y para ambos, de esa grandiosidad brota la inminente dignidad de la persona humana. Kant secularizó el concepto de persona que Santo Tomás había manifestado como proveniente de la Divinidad. Sin embargo, el Santo le da el vigor a la afirmación de que el hombre posee una dignidad y que está lo coloca en un lugar trascendente, =un fin de sí mismo para en sí mismo=. En la metafísica de las costumbres a la Crítica de la Razón Pura Práctica, Kant insiste en los valores esenciales del hombre que lo ubican en un estatus excepcional de toda vida.
El iusnaturalismo se basa en la idea de que todos los seres humanos poseen un valor intrínseco y universal que no depende de leyes mundanas, sino de un derecho natural que es anterior y superior a cualquier legislación: La Dignidad Humana proviene de la naturaleza racional del ser humano. Como los seres humanos son capaces de razonar, elegir libremente y distinguir el bien del mal, poseen una dignidad innata que es universal, pertenece a todos los seres humanos por igual, sin importar su raza, sexo, religión, nacionalidad o condición social. No depende de reconocimiento legal o estatal; no puede ser renunciada ni arrebatada. Incluso si una persona es tratada indignamente, su dignidad persiste porque es parte esencial de su ser. Es el fundamento último del derecho. Las leyes justas deben respetar y proteger esa dignidad. Si una ley positiva contradice la dignidad humana, debe considerarse injusta y, por tanto, inválida desde el punto de vista del derecho natural. Para la ley mexicana la dignidad surge desde la concepción y se mantiene aún después de la muerte. (Art. 22 Código Civil).
La causa principal y prácticamente única de convertir la virtud “Dignidad Humana” en vicio “Codicia”; consiste en la urgencia de poseer dinero; esencia del capitalismo voraz que estamos viviendo: “No pienses que el dinero lo hace todo o acabarás haciéndolo todo por el dinero” (Voltaire) y es que quien vive para poseer únicamente dinero, jamás tendrá suficiente; en cambio, si generas valor para los demás, generas riquezas para ti y para todos tus seres queridos. Un sistema que solamente busca generar riquezas económicas es un sistema pobre; hay sociedades tan pobres que solamente tienen dinero.
Ahora, tras la aprobación de su << grande y hermosa ley fiscal>>, al desvariado narcisista Trump le conoceremos como “Hood Robin”: -les quita a los pobres para dárselo a los ricos-; estos pagarán menos impuestos en tanto que aquellos desembolsarán más. Además, se quedarán sin medicamentos, sin bonos para comidas y sus hijos ya no recibirán alimentos escolares; los servicios de salud colapsarán y muchos hospitales cerrarán. El desempleo abrigara a cientos de miles en su propio país y a millones en otras regiones, todo por su ambición desmedida y su síndrome de Eróstrato en que asignará millones para estatuas y hasta quiere colocar su rostro en el monte Rushmore.
Esta deshumanización apenas es comparable al sacrificio de cientos de miles de vidas que Truman ejecutó en Japón en 1945 con sus bombas atómicas; lo vemos más claro con su recién inaugurada “Cárcel caimán” («Alligator Alcatraz”) en Florida a donde está llevando a inocentes que soñaron con una vida digna, o menos cruel que la generada por el prianismo en décadas de decadencia humanista en México y sus similares en otros países latinoamericanos. Idéntica mentalidad conservadora.
Agreguemos a esa salvaje ilusión de maga que más bien creo yo sería MAWA (Make America Worse Again) al defender a Israel cuando destroza en Gaza a palestinos e impide la llegada de ayuda humanitaria para su sobrevivencia.