Del mismo tamaño
Julián Parra Ibarra
Lo que ocurrió el domingo pasado en Coahuila, más allá de que el candidato de la Alianza por la Seguridad, Manolo Jiménez Salinas, haya alcanzado la cifra de votos más alta que un candidato a la gubernatura de la entidad haya logrado hasta ahora, y que su triunfo haya sido de igual forma el más aplastante con por 35.45 puntos porcentuales sobre su más cercano perseguidor, debe analizarse, desmenuzarse con mucho cuidado para poder ver lo que está detrás de ellos.
Uno de estos puntos es, indudablemente, que los ciudadanos coahuilenses le otorgaron a Manolo su total y absoluta confianza, se podría decir que le entregaron un cheque en blanco, no hubo medida para decirle con los votos y en las urnas, que confían en él para que cumpla con su promesa de llevar a Coahuila al siguiente nivel.
Del mismo tamaño que fue el volumen de votos recibido y el altísimo porcentaje de ventaja sobre su más cercano competidor, es la responsabilidad que el actual gobernador electo, adquirió con los ciudadanos.
Los coahuilenses en las urnas le dijeron que creen ciegamente en él y en las promesas que les planteó durante la campaña, por lo que en la misma proporción esperan la respuesta una vez que se convierta en gobernador constitucional, el 1 de diciembre próximo.
Dado que no es un improvisado en el servicio público ni en los cargos partidistas y empresariales que ha ocupado a pesar de su juventud, uno supone que con la misma generosidad con que los coahuilenses le entregaron su total confianza, será la respuesta ya como mandatario estatal.
Además, cuenta con una gran ventaja: su antecesor, el actual gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, se encargó de dejarle bien pavimentado el caminito por el que deberá transitar. Es decir, si ya hay camino pavimentado, que no experimente yéndose por la terracería.
Una gran votación y una gran diferencia sobre el segundo lugar, insisto, debe ser halagador, pero al mismo tiempo comprometedor, porque Manolo Jiménez desde ahora puede dimensionar el tamaño de su compromiso que adquirió con los coahuilenses. Y no hay de otra que echarle p’adelante, porque en Coahuila, p’atrás ni para agarrar vuelo.
@JulianParraIba
