Con la llegada de Guadalupe Taddei, ¿ya todo está bien en el INE?
Carlos Arredondo Sibaja
El resultado del proceso de selección de cuatro nuevos consejeros del INE no es el mejor posible, pero tampoco el peor. La institución ha sobrevivido con él al asedio de un régimen con pulsiones autoritarias cuyo objetivo ha sido demolerla
Digámoslo pronto: el INE ha logrado sobrevivir a López Obrador. La transformación de cuarta fracasó en su intento por asaltar el órgano e imponer en la presidencia del Consejo General a una incondicional suya: la hermana de la actual secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, e hija de la, hasta hace 15 minutos, presidenta del Consejo Nacional de Morena.
La diosa fortuna nos ha sonreído. Es verdad: la nueva consejera presidenta, Guadalupe Taddei Zavala -a quien se eligió por sorteo en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión-, es una persona cercana al morenismo y por ello deberá esforzarse por evidenciar su capacidad para actuar con profesionalismo e independencia.
Pero, ni con mucho, representa la sonorense el riesgo de desmantelamiento y perversión institucional encarnado en la favorita de palacio, Bertha Alcalde, a quien hasta el último minuto se intentó imponer en el cargo ofreciendo a la oposición -como en los mejores tiempos del priato- el oro y el moro.
El oficiante de la misa tempranera se apresuró ayer a señalar lo obvio: la nueva titular del INE proviene de su establo… aunque no la conoce, pese a tener relación con su familia. Pero ya sabíamos: incluso si hubiera llegado alguien a quien detestara (como ocurrió en el caso de la Corte), nuestro Rey Julien del Manglar habría dicho: “llegó por mí”.
Porque él, parteaguas de la historia patria, es el hacedor de todo… de todo lo bueno, desde luego, porque lo malo… lo malo es responsabilidad del pasado, de “los neoliberales”, de la prensa “enemiga”.
En Palacio se ha celebrado la designación de los cuatro nuevos consejeros del INE, se ha saludado el uso del novedoso método de la tómbola y se ha declarado la satisfacción del régimen con el desenlace del denominado “Plan C” para capturar la institución electoral.
Taddei Zavala, así como Rita Bell López Vences, Jorge Montaño Ventura y Arturo Castillo Loza, arribarán al INE el próximo martes y asumirán sus cargos. Lo harán, por cierto, exactamente en la misma institución a la cual se ha atacado desde el púlpito presidencial en forma grosera y anti democrática durante más de cuatro años.
La gran pregunta es: ¿seguirán los ataques inmisericordes luego de ese día? Muy seguramente no. Porque el problema nunca ha sido la institución, ni su diseño legal, ni los resultados por esta ofrecidos. El problema siempre ha sido sólo uno: la negativa de quien hoy la preside -y algunos otros- de quemarle incienso al tlatoani de Macuspana.
Habrá al menos una tregua. Pero eso será suficiente para transitar los meses restantes para superar la prueba comicial de junio del año próximo y llegar al final del sexenio. El resultado de la votación será anunciado por la autoridad de la misma forma en la cual se ha hecho en los últimos tiempos: como el resultado estricto de la voluntad popular expresada en las urnas, cualquier éste sea.
Toca ahora seguir de cerca la actuación de quien llega a presidir el INE, acompañarle para apuntalar su independencia e impedir el viraje de la institución hacia el espacio a donde ha querido llevarla un régimen con pulsiones autoritarias: a su sometimiento absoluto al gobierno de turno.
No ocurrirá tal, ése es mi pronóstico. Y será para bien del órgano y para bien de la democracia. No se terminarán los intentos de asalto ni el asedio: nuestros políticos están afectados, todos, de los mismos pecados y son presa de los mismos apetitos. Su ambición por el poder prohijará, en el futuro próximo, nuevas conjuras.
Por ahora, sin embargo, la prueba ha sido superada, aunque entrañó una gran dificultad, Atesorémosla como lección valiosa para las luchas por venir.
¡Feliz fin de semana!
carredondo@vanguardia.com.mx