El todo o nada
Julián Parra Ibarra
Aunque luego reculó porque es re…zacatón, el principal inquilino de Palacio Nacional declaró esta semana como su adversario a Cuauhtémoc Cárdenas, en otros momentos su aliado y compañero de luchas, por el simple hecho de que se le involucró como parte del proyecto Colectivo por México, del que luego el propio ingeniero se deslindó.
Pero lo dicho, dicho está, es decir, los conceptos y valores de ya saben quién, son muy claros, esta ancheta está muy angosta, y se está con el pueblo o con la oligarquía, “no hay más, no hay justo medio”. Para él todo es negro o es blanco, bueno o malo, opresor u oprimido, no hay tonos de grises ni se pueden encontrar puntos de convergencia: de plano, o estás conmigo o estás contra mí.
No soy especialista en el tema porque –como dijera Gabriel García Márquez- los periodistas somos aprendices de todo y especialistas de nada, pero sí tenemos la capacidad de buscar, de investigar, de hurgar y preguntar a los que sí saben de cada tema que uno aborda. Pero este tema del todo o nada, del negro o blanco a rajatabla, me parece que son posiciones muy peligrosas en tratándose del mandatario de un país, especialista en polarizar a su pueblo, y fomentar climas de antagonismo, de encono, de franco enfrentamiento.
En la revista codexpsicología.com encontré un artículo de su directora, Concepción Cendón Dacosta, titulado ‘El blanco o negro no existe’, y en el que comenta que no existe el “todo o nada”, el “blanco o negro”, el “siempre o nunca” … Y comenta que “Albert Ellis nos introdujo en el apasionante mundo de las distorsiones cognitivas, definiéndolas como perturbaciones del pensamiento o creencias desadaptativas e irracionales que producen sufrimiento por su falta de racionalidad”, y añade que su artículo, “está dirigido a reflexionar sobre la que es, quizás, la distorsión cognitiva mejor aceptada socialmente y que mayores consecuencias desastrosas produce en la autoestima y en las relaciones: el pensamiento polarizado o dicotómico(https://codexpsicologia.com/el-blanco-o-negro-no-existe/).
Otro artículo más, de la revistanuve.com titulado ‘Conducta todo o nada, blanco o negro’ abunda sobre el tema, y dice que “el pensamiento dicotómico, es decir la polarización de la conducta todo o nada, blanco o negro, bueno o malo (…) Es propio de trastornos de personalidad, y las depresiones. La persona siempre ve la parte negativa de todo lo que le ocurre, recrea del pasado solo lo negativo y adivina el futuro catastróficamente.
“Es lo que de forma común llamamos ver las cosas en blanco o negro. Cuando este pensamiento se convierte en una forma constante de interpretar lo que nos rodea puede causar problemas psicológicos. (https://revistanuve.com/conducta-nada-blanco-negro/)”
Conforme ha ido avanzando su sexenio, Andrés López ha ido estrechando cada vez más la ‘ancheta’ en la que no hay más, no hay justo medio, no existen puntos de convergencia, y lo más peligroso es que muchos de sus seguidores asumen como si fuera ley, ese tipo de conductas.
Un botón de muestra: lo que ocurrió en la Cámara de Diputados en la apertura del nuevo periodo ordinario de sesiones. Por imponer la ley y lo que mandata la Constitución de que al Salón de Plenos no pueden ingresar bajo ninguna circunstancia personas armadas, a Santiago Creel Miranda, quien como presidente del Congreso ordenó que el acto protocolario de los honores a la bandera y entonación de nuestro himno nacional, se realizara en el vestíbulo porque los militares integrantes de la escolta y banda de guerra estaban armados, le valió para que los seguidores de Morena primero y el Presidente después, le endilgaran cualquier cantidad de adjetivos, lo que de éstos no debe sorprendernos porque ya sabemos que su premisa es ‘y que no me vengan con que la ley, es la ley’.
¿Pero qué cree? Que sí, la ley es la ley, y la constitución es bien clara en el caso concreto que se alude. Apátrida fue lo que menos le dijeron por hacer cumplir mandatos constitucionales.
Pero lo más grave no es que se piense a rajatabla de que no hay de otra, o se está con el pueblo o con la oligarquía, que ya de por sí resulta preocupante que provenga de un Presidente y sus seguidores. Lo más preocupante es que detrás de esa frase está la que sigue: El pueblo soy yo.
¿Le suena a algo? ¿Le recuerda a algún personaje? ¿Le remite a algún país? ¿A algún tipo de gobierno?
Cuidado, de a poco nos han ido acercando al borde del abismo y como sociedad lo hemos venido permitiendo, que nos vayan cancelando de a poco muchos de nuestros derechos. Hoy la espada pende sobre la cabeza de dos pilares fundamentales en una democracia: el INE, la autoridad ciudadanizada que puede garantizar la limpieza y transparencia de las elecciones; y, los medios de comunicación. Sin esas dos piezas fundamentales, en ningún caso, en ningún país, puede haber democracia.
@JulianParraIba