domingo 24, noviembre, 2024

A un amigo inolvidable: Jorge Méndez Garza, doce años de su adiós

 

 

A Jorge Méndez, amigo y director teatral lagunero, actor, escenógrafo, fundamental en la formación de actores

 

 

Raúl Adalid Sainz

 

“Cruce de Vías”

La última vez que te vi fue una mañana de regiomonte.

“Traes un segundo aire, muy interesante”, y lo dijiste con esa sonrisa traviesa que gustaba halagar coquetamente.

Hoy 26 de febrero que te fuiste, vi tu imagen y palabras a las siete de la mañana.

A las nueve mañaneras, me enteré de tu adiós que anticipaste en despedida.

Todo el día me han seguido tus pasos en recuerdo.

Aquella noche de 1980 en autobús de Saltillo a Torreón, en que me ofrecías que actuara el monólogo “Compañía”.

Nuestros caminos se iniciaban, el mío como actor y el tuyo en la escena lagunera.

Después caminamos nueve años para encontrarnos en el sendero “Monte Calvo”, interpretando tú a tú soldado “Sebastián”, y yo al Garrik “Canuto”.

Tu mano se posaba en mi hombro diciéndome que era un gran payaso.

El regreso a Torreón me trajo consuelo al recibir tu llamada de invitación para hacer “Pareja Abierta”.

Cuánto contento Jorge, cuántas risas, cuántas ocurrencias y cuánto sentir al teatro de razón y en emoción.

Montaste un bello juguete de hotel californiano, en tu maqueta de niño escenográfico para jugar al “Año Próximo a la Misma Hora”.

Qué desveladas aquellas cuando declamabas andaluz a tu Federico García Lorca.

Develamos 50 telones de “Pareja Abierta”.

Están todos, dijiste: Rogelio, Virginia, Pepe, Sonia, el Dr. Querido Garibay.

Los Luévano, Valdivieso, Méndez, Salum y Garibay aplaudieron tu cómica sinfonía de Fo que de tempo a tempo compusiste.

Volcaste tu bonhomía teatral en generosidad, por la Pancho Villa, San Joaquín y no sé por cuántos barrios y veredas.

Te diste; vertiendo como Lorca en “La Barraca”, la vida en trozos de naranja.

Hombre de teatro, teatro de hombre, juguete burlón de la duela en “Dama Meona”.

Santo en “Santa”, de Gamboa.

Cuervo de Luto en Hugo Arguelles.

Elevador varado en tu Urtusástegui.

Y ahora mi Jorge, vas al encuentro del teatro celestial donde los cuidadores Luévano y Echávarri te esperan para estreno.

Nosotros tus amigos nos quedamos aquí a jugar el teatro de la vida. Pero con la consigna firme de la lección que nos brindaste: Hacer vida por y para el teatro.

Tu amigo y actor

Raúl Adalid

 

PD. Actualmente varios de los actores que Jorge preparó se desarrollan en el terreno profesional. Tal es el caso de: José Juan Meraz, Raúl Méndez, Sandra Sánchez Cantú, Héctor Kotsifakis. Quedan en Torreón muchos discípulos teatrales que prodigan sus enseñanzas en el terreno profesional y humano. Jorge Méndez estudió la carrera de Literatura Dramática y Teatro en la UNAM. Trabajó como actor, bajo la dirección de su maestro Néstor López Aldeco, en un espectáculo sobre Ramón del Valle Inclán, en el Teatro Milán de la Colonia Juárez. En Torreón fue dirigido por la maestra Nora Manneck en la obra, «El Cuidador», de Harold Pinter. Alternando con Rogelio Luévano y Francisco Echavarri. Obra representada en 1988 en el Teatro Garibay, en ese entonces Mayrán. Tuve el placer de compartir dos trabajos escenográficos de Jorge Méndez. Uno lo dirigí y el otro produje: «El Zoológico de Cristal» de Tennessee Williams, y «El Año Próximo a la misma Hora», de Bernard Slade. Extraordinarias escenografías. Esta heredad por el decorado escénico le viene de su padre, el señor Roque Méndez. Quien hizo escenografías para el amante teatral, el Doctor Alfonso Garibay Fernández, en esas épocas gloriosas de teatro amateur lagunero en el Teatro Mayrán. Jorge, un hombre culto, de exquisita sensibilidad, gran charlista, con un sentido del humor maravilloso. Amante irredento de la música de Juan Gabriel.

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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