Raúl Adalid Sainz
Una ciudad con una belleza, cultura, historia, arte, pero con gente muy poca amable, grosera muchas veces, gente joven con poca educación y baja calidad humana, excepciones, claro está, dicho lo anterior en jóvenes y en personas maduras. Esas son mis primeras impresiones de Londres. Lugar con tres de mis grandes amores: Shakespeare, Los Beatles, y sus grandes actores.
Me llevo de Londres, el que mis ojos vieran el gran teatro «El Globo», lugar de las representaciones de Shakespeare. El lugar se reconstruyó. Espléndido sitio a orillas del Támesis. Vi a lo lejos por el cauce del río el impresionante «London Bridge», y no pude dejar de recordar la portada del disco de Paul McCartney, donde venía la canción «With a Little Luck», el puente era la portada del disco.
Hice con mi esposa Elvira, un tour betlemano, a pie, por el barrio de Soho. Ahí conocí lo que eran los «Estudios Apple», lugar donde los Beatles grabaron el disco «Let it Be». En la azotea de ese lugar, el cuarteto dio su último concierto (improvisado) en vivo.
Tres fueron las canciones: Let it Be, Get Back, y I got a feeling. Caminamos una hora para encontrar el famoso paso zebra de Abbey Road. Ese cruce de calle con los cuatro integrantes del cuarteto pasando la calle. Imagen que sirvió para la portada del disco de Abbey Road. En los dos lugares mencionados, míticos ya, viví una emoción muy grande.
Los días muy fríos. De mucho caminar. Pretendíamos usar más el metro, pero es complicadísimo. Los Uber son muy caros. Anduvimos de aquí, para allá, andando, y conocimos muchísimo. Sentimos el comportamiento de la gente, y tomamos una opinión variopinta, como señalé líneas arriba. A las ciudades las hacen las personas, y muchos de ellos dejan muy mal parado a Londres.
Hoy, al ver la estatua de Churchill en la «Plaza del Parlamento» ; recordé cuando a ese gran primer ministro le recomendaron erradicar el presupuesto de cultura para tener más recursos que solventaran la guerra, dijo contundente: que entonces para qué, y quiénes, iban a pelear. Esto significaba para ese gran estadista la importancia de la cultura. Algo que a nuestro gobierno mexicano, en su desdén cultural, le importa tres cacahuates.
Un gran pueblo históricamente, social y culturalmente. Esa llamada antiguamente Albión, por lo blanco de las montañas de la región de Dover. Napoleón Bonaparte la llamó durante su gobierno de posesión inglés: «La Pérfida Albión». Lo mejor de esta estadía: la alegría de mi compañera Elvira Richards, reconociendo sus orígenes.
PD: la foto es teniendo como fondo el «Big Ben», reloj símbolo de la ciudad londinense.
Raúl Adalid Sainz, desde algún lugar de Londres Inglaterra