jueves 19, septiembre, 2024

A LA BÁSCULA

¿Víctima o cómplice?

Julián Parra Ibarra

A pesar de que es una mujer inteligente y capaz, durante todo el proceso de irla preparando para asumir primero la candidatura de Morena, el desarrollo de la campaña que la llevó a convertirse en la primera mujer presidenta de México, y todavía aun como presidenta electa, Claudia Sheinbaum no ha dejado de ser la caja de resonancia de lo que se dice en Palacio Nacional, repitiendo hasta con las mismas oraciones y palabras lo dicho por el principal inquilino de Palacio, y pocas veces –o quizá hasta ninguna, si me apura tantito- ha externado un punto de vista propio.

Hay quienes consideran que Sheinbaum ha venido siendo víctima todo este tiempo, del sometimiento al que la tiene quien considera que Claudia le debe todo lo que es, y ella, temerosa de contrariar en lo mínimo a su mentor político, repite permanentemente no solo el posicionamiento de cada uno de los temas que se abordan en Palacio, sino hasta las mismas palabras y términos.

Muchos opinan que Andrés Manuel le ha venido faltando al respeto a quien pasará a la historia como la primera mujer en convertirse en presidenta de nuestro país, además con la más alta votación que nadie haya alcanzado en toda la historia de este país; porque la ha hecho acompañarlo a las giras de fin de semana en lo que pareciera ser un padre que lleva a su hija de la mano para enseñarle el país que está próxima a gobernar. La ha llevado para presentarla en sociedad, ante los representantes de las fuerzas armadas de México, Ejército y Fuerza Aérea, Marina, Guardia Nacional.

Y dicen los que saben, que la perversidad llega a tanto que el ejercicio de la revocación de mandato aprobada y aplicada por primera vez en esta administración federal, ha sido preparada –y modificado el porcentaje de participación ciudadana del 40 al 0 por ciento- para aplicársela en 2027 a la próxima presidenta, si una vez en el poder, ésta decide tomar un camino distinto al que le marque su líder y padre político.

Pero es tal la convicción con la que repite casi como le gusta al presidente, sin que le mueva ni le cambie ni un punto ni una coma de sus dichos, que pareciera que es su propio punto de vista, lo que la convierte más en cómplice que en víctima. ¿Usted qué cree, que es víctima o cómplice?

laotraplana@gmail.com

X= @JulianParraIba

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