Hace cinco años nacía en Torreón mi libro » Historias de Actores» (Un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico). Te comparto el texto leído a mis paisanos
(Por qué nació el libro «Historias de Actores»)
Raúl Adalid Sainz
Un día salí con las alforjas vacías, con la única intención de llenarlas de
ilusiones, de sueños, de una inquietud, por saber qué había detrás de las montañas.
Me fui buscando a mi ser queriendo ser actor. Iba en busca de una tierra prometida. Ese lugar fue revelándose como un lugar señalado, era un lugar maravilloso, enigmático, misterioso, era una luz llamada: La ficción.
Un octubre de 1980, tomé un foráneo pidiendo a Don Quijote me hiciera un sitio en su montura. Sí, así como el poeta León Felipe se lo clamó por las manchegas llanuras. Al llegar a la gran Tenochtitlan, el teatro fue un sol andante y yo un escudero del aprendizaje teatral.
Han pasado treinta y ocho años de locura teatral, de conocer princesas, duelas escénicas, camerinos, teatros donde revestirme de distintos personajes, directores que han marcado rutas de tonos y de estilos, y he conocido mundos, he encontrado niños con quien jugar, quijotes llamados: Los actores.
Hoy traigo a mi origen murmullos de vivencias, voces primeras suscitadas en mi querido «Teatro Mayrán», el llamado primero a la misión teatral, los recuerdos a esos lazarillos de la escena local que guiaron con inspiración a un ciego asombrado de ficción.
Traigo una historia de actores que contar, sí, así como aquellos titiriteros que de plaza en plaza contaban devenires de pena y alegría. Traigo en este libro mi amor por el cine: por sus imágenes, por directores que me han señalado la vida, esos como Buñuel, Kurosawa, Gavaldón, Ripstein, De la Riva, o Hermosillo, traigo la risa infantil de aquel mi «Cinema Paradiso», llamado en Torreón «El Cine Princesa». Ese encanto maravilloso de ser un actor de cine por azares del destino.
Viajan por las páginas del libro, mi cariño por los sabios maestros obtenidos en mi afortunado paso. Los grandes directores vividos: Esos los Tavira, esos los Margules, esos los Zermeño, esos Torres Cuesta, esos los Pepe Caballero, esos de torrente teatral como Hebert Darien, esos subyugantes, laguneros como Luévano, y el Jorge Méndez, la nívea alemana Manneck, y esos del gusto del siglo de oro español como José Luis Ibáñez. Están también esos magos que hacían teatro desde su niño creador, ese que no fue mi maestro, ni director, pero que mucho aprendí como amante espectador: el gran Julio Castillo.
En la última estación de este viaje, habitan las huellas de montajes entrañables para mí. Vividos como espectador y como partícipe actor. Ahí vuelco sentires, apreciaciones, emociones, y pensamientos, al hecho teatral. Reflexiono el por qué y el para qué del teatro para con su sociedad, cuál puede ser su papel concientizador y cómo lograr ser un transformador de la realidad.
El libro, «Historias de Actores, un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico», es una memoria, una memoria de teatro, como poderosa y poéticamente lo dice el maestro Tavira, en su profundo y bellísimo prólogo. Es la vida vista desde la contundente ficción, desde el asombro, desde la esperanza por una existencia mejor, construida por el teatro y por el trabajo del arte. Es el hondo deseo de que sea un canto de vida, de sueños que puedan alcanzarse, de la necesidad de tener más actores como Alonso Quijano, esos que encantan y transfiguran la realidad, esos locos, que llevan consigo: De que es amorosa intención la que gobierna el mundo, sí, así como mi querido maestro Luis De Tavira, dijo inspirado en pasado seminario de actuación en el querido Pátzcuaro Michoacán.
Dejo pues este confesionario hecho con las entrañas, con la desnudez de la plenitud, desde mis alegrías sí, pero también desde mis vulnerabilidades, es la mejor manera que podamos conocernos, espero poder ser amigo de ustedes desde el correr de las páginas de estas Historias de Actores.
¡Tercera llamada, tercera, comenzamos!
Texto leído el día de la presentación del libro «Historias de Actores, un recorrido por el mundo teatral y cinematográfico», en el Anexo del Teatro Isauro Martínez de la Ciudad de Torreón Coahuila. El libro es editado por la Secretaría de Cultura de Coahuila que dirige Sofía García Camil. Gracias mil a ella, y a todos los que colaboraron en la edición y difusión (Lupita Richards) de este niño literario. Gracias eternas. El libro está dedicado a Elvira Richards, sin su dirección amorosa de vida esto no hubiera sido posible.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan