Sergio Arévalo
Durante mi infancia pasaba mucho tiempo viendo la televisión, era mi acompañante durante toda la tarde. Veía desde la novela infantil hasta la novela en horario estelar y si me dejaban, hasta el programa de comedia que era más dirigido a una audiencia más adulta.
Mis padres un tanto preocupados por un mal hábito que ya parecía vicio y dado que el deporte no me atraía en lo absoluto más que el intermedio del Super Bowl una vez al año, un día llegaron con tres libros que les dijeron en Wallmart que estaba siendo un “hit”, tal vez ya es hasta cliché, pero allí nació mi gusto por la lectura, todo gracias a una escritora Inglesa llamada Jane Rowling y su creación un pequeño mago llamado Harry Potter.
Pero no es de mi pasión por la televisión y no salir a jugar futbol de lo que quiero platicar. Di hace poco con el libro ”Número dos” de David Foenkinos, porque la alusión a la saga del mago me causó morbo. Para después de las primeras 10 páginas no poder soltarlo, haciéndome sentir a través de las páginas: tristeza, coraje, cariño y paz.
¿Quién es David? Algunos se preguntarán. Es de París, estudió letras en la Sorbona y se formó como músico de jazz. Es autor de diversas novelas, entre las que destacan “El potencial erótico de mi mujer”; “En caso de felicidad”; “Nos séparations” entre otros.
David nos presenta a Martín, un niño que compitió con Daniel Radclieffe para ser Harry Potter, y no siendo uno de los tantos castings, llegó a tener las mismas posibilidades.
Esta es la historia de Martin Hill, el niño que pudo haber sido el elegido. Nuestro anti-Harry Potter. Número dos nació de estas preguntas: ¿qué ocurrió con la vida del niño que rozó algo que habría cambiado radicalmente su vida? ¿Del niño que tuvo que presenciar cómo su rival, Radcliffe, conocía un éxito tan abrumador? Mezclando ficción con ciertos toques de realidad.
Número dos no solo es un libro sobre el fracaso, de la misma forma que no solo es una historia sobre Harry Potter. Es difícil que en algún tramo de nuestra vida no hayamos sido un número dos. Y en cuanto a los que resultan ganadores en nuestro lugar, bueno… No siempre tienen por qué ser más felices.
¿Cuántas veces no han sido elegidas o elegidos para algo? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera sido así? De ser elegidos ¿Cómo hubiera alterado la narrativa de su vida sin esa elección? ¿Qué sería de ustedes de haber sido la opción número dos para dar vida al mago más popular del mundo? Unas líneas con humor teñido de melancolía. Nos presentan de una manera ágil y creativa una tragedia íntima.