Sergio Arévalo
Rosa mexicano
Mi gusto por el café lo heredé de mi casa. Mis padres lo convirtieron en parte de su rutina matutina. Aunque más que rutina podemos decir que ritual. Mamá con su desayuno del diablo: café y cigarro. Por su parte mi padre lo bebía al son de recordar pendientes y retos que como familia tendríamos durante el día.
Pero también es allí donde fui descubriendo que alrededor del café también se desarrollaban conversaciones: para ver pendientes, para conversar algo serio o para conocer mejor a una persona. Es entre los sorbos y el calorcito que desprende la taza donde las historias corren.
Hace unos días tuve el gusto de compartir una taza de café con una de las plumas más destacadas en el estado de Coahuila y que me atrevería a decir que, a través de su ojo periodístico ha sacado desde canas, risas, llantos y hasta suspiros. Al ser una amante de la observación y el cuestionamiento.
María Guadalupe Durán escritora de “Rosa Mexicano” originaria de Monclova, Coahuila vio en el periodismo una forma de comunicar sus inquietudes y velar por sus semejantes. Siendo esto un rasgo que trae en la sangre al ser su padre un hombre inquieto y cuestionador del sistema. Así como lo hizo en su momento Leona Vícario.
Leona Vícario seguramente estaría muy orgullosa al saber que en un estado al norte de la República y en municipio donde había (y todavía) tintes machistas creció una mujer que disfruta hacer las cosas a su manera y que vio en la pluma una aliada ¿Una mujer periodista? ¡Es una locura! ¿Una mujer que escriba? ¡Qué escándalo! ¿Una mujer que se abra paso en un mundo de hombres? ¡Ni pensarlo! Todas las barreras que pudieron haber en la época le valieron, ella quiso ser y hacerlo, entrar al mundo del periodismo ¿su nombre? María Guadalupe Durán Flores.
Durán Flores fue y es bastante intrépida para la época. Buscando espacio en medios de comunicación como el periódico El Tiempo, para abrirse las puertas en proyectos periodísticos futuros como El Diario de Coahuila. También diversificando, haciendo prensa tradicional, radio, televisión y una activa usuaria de las redes sociales.
¿Se saben la historia del rosa mexicano? Resulta que tiene su origen en los años 40, cuando el diseñador de moda Ramón Valdiosera viajó por el país e identificó un tono de rosa vibrante, inspirándose en las buganvilias. Valdiosera promovió este color en pasarelas internacionales, y en un evento en Nueva York, un periodista lo denominó «Mexican Pink». El término se consolidó como un símbolo de la identidad nacional mexicana.
Vibrante, diferente y un toque femenino es como entre líneas María Guadalupe Durán ha hecho a temblar, meditar y hasta suspirar a más de una figura pública. Destacando su jiribilla, su sentido del humor (un tanto ácido) y sobre todo las reflexiones que hace a los mandatarios recordándoles que ellos deben ver por el pueblo.
La autora de Rosa Mexicano no tiene que envidiarle ningún periodista, ha tenido exclusivas, dando cobertura a visitas presidenciales, hechos históricos como inauguraciones o desastres naturales, hasta el intento del veto del cual no hablaremos porque se nos amarga el café.
Sin duda alguna entre su libreta y pluma ha de haber más de una exclusiva que no salió al público al meditarlo con la almohada de la prudencia y no alborotar al pueblo.
Coahuila es tierra de grandes escritores y periodistas como Julio Torri, Vito Alessio Robles, Sylvia Georgina Estrada, José Torres entre otros. Y nunca olvidar a María Guadalupe Durán, que destaca por su pluma y su color. Por cierto es hora de buscar una nueva taza, busquemos una color… rosa mexicano.