martes 26, noviembre, 2024

Un día escribí, hace algunos años, mi sentir hacia la preparatoria de jesuitas donde estudié en Torreón

(Mi celebración presente a ustedes compañeros al recordarlos)

Raúl Adalid Sainz

Tengo entendido que la generación 77-80 de la Preparatoria Carlos Pereyra de Torreón cumplirá 35 años de que emigró al camino universitario o de la vida. Tengo un orgullo tremendo de haber sido educado por jesuitas.

De ese tiempo conservo amistades entrañables. Mis tres grandes hermanos tan queridos, Jorge Hernández, Oscar Sánchez y Cuauhtémoc Sada. Un amigo invaluable, un ángel, surgido de ahí, y ahora radicando en el querido New York, el gran Carlos González. Compañeros (Sandra, Irma, Alberto, Erika, Alma, Esperanza, Marco, Lilia, Roberto, Raúl Velasco) muy queridos en el recuerdo presente por las redes sociales con los que mantengo contacto.

Un maestro invaluable, fundamental en mi formación, amigo, fuego inspirante: Francisco Amparán QEPD. Tres jesuitas pesando oro en alforja del alma: Paco Donovan, Jorge Villa y Rafael Lazcano «Pai», QEPD ese querido trío.

En esa prepa se marcaron sendas, por el camino ético, espiritual. Es obligación de cada uno de los egresados servir, dignificar a nuestro país y al mundo con la sabia vital transmitida; cariño docente de esos grandes maestros que ya no se encuentran hoy en día.

Felicidades desde la profunda entraña a cada uno de ustedes. «Certanti Laus», «La verdad nos hará libres». Que Dios ilumine siempre vuestra senda. Esa fuerza divina que apenas empiezo a atisbarla en toda su grandeza.

Nota: El escrito fue hecho en 2015, hoy nuestra generación cumplirá 43 años que emigró. La vida en su inesperada carretera, nos quita, nos da. En ese trayecto perdí a mis queridos amigos Jorge Hernández y Francisco Amparán. La vida continúa y hay que vivirla en toda la plenitud, todo para consagrar el precepto máximo jesuita: «Para la mayor gloria de Dios».

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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