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Londres.- Boris Johnson, primer ministro británico, se mantendrá en su cargo pese al escándalo «partygate», en el que realizó fiestas clandestinas durante el confinamiento por COVID-19 en 2020.
Ayer, Johnson superó la moción de censura interna planteada por los propios miembros de su partido, el Conservador.
Un total de 211 diputados votaron a favor de Johnson y 148 en contra.
Con esa cifra, Johnson superó 180 votos para mantenerse en el poder.
Uno de los primeros en reaccionar al resultado de la moción de censura interna ha sido el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer.
El 58% de los diputados de su bancada en contra de la propuesta de moción de censura interna.
La elección está incluso más clara que antes: unos tories divididos que apoyan a un Boris Johnson sin un plan para afrontar nuestros problemas o un Partido Laborista unido con un plan para arreglar la crisis de la subida de los precios y restaurar la confianza en la política”, dijo.
La moción fue convocada tras la publicación de las fiestas en diversas sedes del gobierno durante la pandemia de covid, escándalo que fue bautizado con el nombre de Partygate.
Está pendiente que una comisión parlamentaria investigue si Johnson mintió a sabiendas a la Cámara de los Comunes cuando en diciembre aseguró que no hubo fiestas en sus oficinas.
De acuerdo con el código de conducta oficial, engañar al Parlamento es motivo de dimisión y si se demuestra que lo hizo, le costaría resistir a la presión de la oposición y de sus propias filas.
BUSCA DEFENDERSE
En su comparecencia, Johnson recordó logros destacados en su bancada.
Conocen la fuerza que podemos ser cuando estamos unidos. Quienes están en esta sala lograron la mayor victoria conservadora en 40 años, bajo mi liderazgo”, afirmó.
Además, Johnson celebró la victoria que supuso el referéndum para la salida de la UE y ha prometido “aprovechar las libertades del Brexit” frente a la alternativa del Partido Laborista que “sencillamente no puede igualar este programa”.
Además, criticó al opositor Partido Laborista.
Los laboristas jamás habrían tomado las decisiones que ha tomado este gobierno para ayudar a los ucranianos. Jamás se habrían plantado frente a Putin. Ocho de sus diputados más importantes votaron a favor de deshacerse de nuestra capacidad de disuasión independiente”, afirmó.
«Hubieran sido un auténtico desastre si hubieran gobernado”, concluyó.
(Con información de Excélsior)