martes 26, noviembre, 2024

De Raíces y Horizontes

Traductor de lo cotidiano

Arcelia Ayup Silveti

Se considera la poesía de Jaime Sabines como coloquial y exteriorista hispanoamericana. Se basa en lo cotidiano, adherida por una carga emocional estética. Su extraordinaria sencillez nos acerca a su sentir y hace una conexión inmediata con sus lectores. Sus poemas no son técnicos ni cultos, más bien, invocan a la conmoción del lector. Con este estilo, Sabines abrió una tradición poética en nuestro país, con nuevos modelos de representación y elementos no antes descubiertos. La soltura de su pluma, su sentido de lo concreto, su rabia irónica, su erotismo sin reservas y su originalidad, dieron pauta a una nueva edad dentro de la poesía mexicana moderna.

El poeta de origen libanés nos regaló su obra, que representa una significativa luz en el túnel de la incertidumbre de nuestros días, muchos de ellos, oscuros. He pensado que Sabines llegó a nuestro país para ser traductor de lo que él tenía ante sus ojos y los demás no podíamos ver. Valoraba profundamente pequeños detalles que engrandecía con sus palabras, con esa maravillosa y vibrante sensibilidad. Con palabras de diario, las que usamos a cualquier hora y en cualquier sitio, nos enseña su propia alma.

Valoro a través de la poesía sabiniana vista desde una dimensión actual lacerante en nuestro país escenas de confrontación, violencia, desesperanza, frustración e impotencia. El poeta es una de las últimas asideras para no hundirnos más. Por eso, Carlos Monsiváis afirmó que: “Al leer a Sabines, la persona se convierte en persona”. Sus poemas no tienen medidas perfectas, ni muestran las formas clásicas de la lírica española. Sabines rechaza todo tipo de formalismos y no le agradaba que lo encasillaran bajo ninguna etiqueta. No cabe duda, en la poesía de Sabines se encuentran las claves para formar una sociedad más sensible al ser humano, al corazón y a la naturaleza.

Tuve la fortuna de escucharlo leer su poesía, cuando aún estaba fuerte. El Teatro de la Ciudad en Saltillo Coahuila, abarrotó las localidades para ver al maestro. Lo admiré de pie. Comprobé su sensibilidad frente al micrófono. Su voz transmitió emociones, como si estuviese escribiendo en ese momento. Cerré los ojos, para imaginar que se dirigía a mí, que no había entre nosotros quinientas almas y un escenario iluminado.

Para Sabines, aceptar la muerte le da sentido a la vida, entendió la muerte como la posibilidad más auténtica de la existencia. La muerte como manifestación de la vida plena, desbordante, de la vida que se derrama en la poesía y que nos abre los ojos del asombro como un hecho inevitable. Jaime Sabines convivió con el cáncer y con la muerte. Primero la trasendencia de su padre, luego su madre, su hermano, y su tía Chofi. Ese dolor profundo le sirvió para convivir con la desesperanza y trocarla de manera extraordinaria en dolorosa poesía, en una búsqueda para plasmar sus latidos, al sentirse alejados de los que más quiso, cercano del dolor punzante.

Muchas veces, me he preguntado, para quién escribía el maestro Sabines. ¿Para sí? ¿Para su amada Chepita? ¿Para su dolor ante la muerte de su padre y de su tía Chofi? ¿Para desnudarse ante él mismo? ¿Para su catarsis? De nuevo el cáncer lo persigue, se instala en su cuerpo y lo vence. Muere a los setenta y tres años en la Ciudad de México, el 19 de marzo de 1999. Poeta hasta el último estertor, pide su última voluntad, también llena de magia, que enterraran su cuerpo junto al de sus padres, el mayor Sabines y doña Luz, en el Panteón Jardín de la Ciudad de México. Su voluntad fue cumplida.

La poesía de Sabines contagia, emociona, enamora, su obra se basa principalmente, en sus propias experiencias reales. El amor en sus diferentes formas está presente en sus poemas, en las cartas de Chepita, en sus querencias con la tía Chofi, el amor y en la admiración hacia su padre. La tristeza por la ausencia de su padre se manifiesta en el poema Algo sobre la muerte del mayor Sabines. Su cotidianidad es tierna, violenta y apasionada. En lo personal disfruto las lecturas sabinianas, aunque algunos amigos poetas lo consideren primario. Sin duda, su sensibilidad y profundidad lo llevaron a ocupar ese transcendental lugar en la literatura de México y de Hispanoamérica. Sabines priísta. Sabines fumador. Sabines diputado dos veces. Sabines para el pueblo. Sabines con lentes. Sabines amigo de Rosario Castellanos. Sabines peatón. Sabines traductor de lo cotidiano.

giraluna3312@gmail.com

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