lunes 25, noviembre, 2024

¿SURGIRÁ UNA VERDADERA OPOSICIÓN?

Luis Alberto Vázquez Álvarez

En todos los fenómenos de este mundo, lo mismo los de la naturaleza que los de la sociedad, no existen los vacíos, todo hueco tiende a llenarse en el menor tiempo posible… Terminado el proceso electoral (lo que queda de impugnaciones es ya ridículo) encontramos un panorama muy claro: una coalición ganadora con partidos “sólidos” y una alianza acabada con partidos en franca decadencia que prontamente desaparecerán.

Dónde veo yo la explicación a este fenómeno sociopolítico: ¿Cómo visualizarlo con nitidez? Morena ganó gracias a AMLO, un alto porcentaje no votó por la candidata, sino por la continuación de la 4T. Los votos de la candidata de oposición no se debieron a algún programa o visión de estado, ella jamás presentó una propuesta, ya no digo cautivadora, simplemente creíble, se dedicó a insultar, denostar e infinitamente mentir. Los sufragantes para ella lo hicieron aproximadamente un 85% en contra de AMLO. En cuanto a MC, la mayoría de sus votantes no simpatizaban con ellos, sino que no querían ni a Morena ni al PRIAN. Entonces ¿Qué queda ahora?

Llenar la oquedad con una nueva oposición política formada por partidos nuevos con una visión moderna y futurista; seguramente surgiría con poquísimas diferencias ideológicas de la actual mayoritaria. No será una oposición destructiva y basada en el odio sino creciente en derechos al pueblo; totalmente imaginativa y capaz de entender el sentir del pueblo, caminará con todos, irá a todas las comunidades, a las más humildes, entenderá a quienes necesitan apoyos sociales y buscará superar sus carencias. Tendrá consciencia comunitaria y será autocrítica, no estará lamiéndose las heridas y culpando a los demás de sus errores; no morirá por su ineptitud para captar lo que el elector buscaba, que se centró en sí misma sin jamás voltear a ver la población, sus problemas y necesidades.

Aquella oposición, hoy prácticamente desaparecida creyó que chayoteando a los medios de comunicación y a “intelectualoides” irracionales a la realidad; esos que emitían solamente falacias que ya nadie cree o “consintiendo” columnistas clasistas y racistas, iban a obtener votos. Traidores que cuando captaron el desastre electoral empezaron a abandonarla, a criticarla, a juzgarla duramente, porque ellos son amigos del “maiceado” quieren al que da y le abandonan cuando ya no puede dar. Vean los comentarios recientes de sus exdefensores.

Esta incipiente oposición recibirá la crítica de que surgirá de lo existente, (incluso principalmente de la propia Morena) algún honesto del PAN y/o del PRI (son escasísimos, los cerebrales, no quienes no pueden entender) y la detracción es que nacerá de los viejos, porque sería estúpido creer en la “generación espontánea”; milenaria falacia que Pasteur en 1866 comprobó su falsedad y la dialéctica social y natural demuestra que toda antítesis surge de una tesis y de ambas emerge una síntesis, exactamente como aseguró Lavoisier: “nada se crea y nada se destruye, todo se transforma”.

Sí, de lo viejo existente surge lo nuevo transformador, al menos en lo social: Veamos: ¿De dónde salieron los dos políticos más importantes de la revolución Madero y Carranza? pues de la oligarquía porfirista; por favor, ignorantes de la historia ya déjense de farsanteadas.

Necesitamos una oposición que proponga, que se sume al gobernante cuando éste ofrezca programas que beneficien al pueblo, no que vote de todas, todas, contra ellas solamente porque los ofrece el adversario político, =atacar por atacar=. Proponente de candidatos capaces, inteligentes, juiciosos, ni mitómanas ni ridículas caricaturas; que anteponga las neuronas y no actúe exclusivamente por hormonas. Podrá y deberá recibir líderes sociales auténticos, no oportunistas que sueñan con el poder tras el trono.

Una oposición que se sume a la reforma electoral suprimiendo diputados y senadores (tanto federales como locales) que no salieron a la calle a buscar el voto, esos que no se “bañaron de pueblo”, que elimine los subsidios a partidos, que desparezca los oples y solamente haya un auténtico INE, realmente nacional, pero sobretodo que entienda la democracia como la define el artículo tercero constitucional: “considerando a la democracia no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. Es decir, desarrollo integral no solamente como votantes en los comicios.

Claro que también aparecerá una oposición ultraconservadora; el “Yunque” mexicano, parodia del Vox español que ya nació del PAN, según firmó su actual presidente, a quien deseo, igual que al del PRI que se mantengan eternamente como supremos dirigentes de esos partidos, remedos de su socio ya cremado.

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