En homenaje al Teatro Mayrán, hoy «Alfonso Garibay», en su 67 aniversario de fundado
(A esos los actores laguneros de los tiempos)
Raúl Adalid Sainz
I
¿Quiénes fueron estos locos de la Mancha lagunera?
¿Quiénes la estrella fugaz que fulgura nuevamente?
¡Ah, esos misterios vivos de los teatros!
Esos murmullos de los tiempos.
II
El director con sus actores son designios vivos
Son oráculos del caminar del hombre
Son espejos conductuales del ser humano y su
constante duda.
Son el aquí y ahora de la cruda verdad.
III
Ah, Teatro Mayrán que has proferido vida
Que has cantado cantos de cuna a bebés en coma de la vida.
¿Qué es este asunto llamado destino, existencia?
Estos duendes llamados actores revelan los secretos.
IV
Rogelio Luévano, te fuiste con el saco aún lleno de verdades.
Foto que me dice es de 1975 llamada «Hipótesis».
Ahí Humberto Zurita, sin saber aún el designio de su fama
Él sólo un muchacho en la candidez de lo sublime.
Ahí actores amantes del suceder y del quehacer hermoso de representar al otro.
V
Esta mañana llegó a mí esta vieja foto.
Aún quisiera desvelar sus antiguos secretos.
Se me revela un Torreón en ecos de romanticismo.
Veo los ojos de estos actores, de estos hacedores y digo:
¡Sí, el teatro es la vida, es el alma que está por conocerse!
Es mi vida que se amó al correrse en ese teatro, un viejo telón verde.
VI
Cuánto talento Vicky Valdivieso
Cuánto quehacer escenográfico querido Pepe Méndez.
Cuánta tramoya actoral querido Ciro
Qué de dramaturgia viva querida Magda Briones.
Qué de tanto teatro, así de bellamente arrebatado.
Qué de bellos en la espesura linda de los tiempos.
Poema dedicado a Rogelio Luévano QEPD, a Vicky Valdivieso QEPD, a Pepe Méndez QEPD, a Humberto Zurita, a Ciro Alvarado QEPD, a Magda Briones QEPD, a Ramón Flores Llama, a Chuy Quezada QEPD, a Ricardo, Ana, Kiky, Mayela, a todos esos lindos insurgentes bohemios de la foto. Ustedes actores laguneros de esos tiempos nos dieron causa y razón a muchos que hoy los recordamos.
Gracias a Rafa Nájera que un día me envió esta foto tan preciada.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan, anhelando sólo ese viejo teatro de la Calle Bravo lagunero
