Ciudadanos señalan que no funcionan los sistemas para pedir citas médicas y fallas en los equipos para hacer estudios. Por recortes, los trámites de aviación también se han entorpecido, mientras plazas vacantes llevan meses sin cubrirse y esto aumenta la carga de trabajo para funcionarios.
LaOtraPlana.com.mx
En el ISSSTE, no sirven aparatos para hacer estudios y desde 2019 dejó de funcionar la aplicación para sacar citas, por lo que los enfermos deben ir a formarse desde la madrugada. No hay citas disponibles para tramitar pasaportes, lo que ha propiciado la aparición de “gestores” que cobran 400 pesos extra por conseguir un espacio. Los pilotos no pudieron sacar licencias porque la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) no tenía plásticos para expedirla; además, la app para solicitar permisos de vuelo dejó de funcionar y la SICT dejó de proveer hasta los formatos de registro.
Estos son solo algunos ejemplos de los cambios reportados por ciudadanos en los servicios que comúnmente utilizan y que han empeorado durante la actual administración, de acuerdo con testimonios recabados por Animal Político.
Mientras, funcionarios siguen señalando falta de insumos en el INAH, trabajo doble para suplir las tareas de sus compañeros que fueron despedidos o se pensionaron en Pemex, personal nuevo sin experiencia en la administración pública que no resuelve trámites a los ciudadanos —como los “servidores de la nación”—, renuncia de personal altamente especializado por el recorte de prestaciones y falta de medicamentos en el Hospital Doctor Manuel Gea González.
Todo ello, debido a la “austeridad republicana” ordenada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al inicio de su gestión, que él presume como logro pero que ha afectado al gobierno y ha empeorado los servicios a ciudadanos.
Animal Político y el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizaron una investigación para conocer el impacto de la austeridad aplicada desde 2019, y encontraron que el gobierno de López Obrador ha gastado más presupuesto que el de Enrique Peña Nieto, pero el primero ha hecho recortes en insumos y servicios básicos que han afectado al Ejecutivo y a los ciudadanos.
También se ha dejado de invertir en el mantenimiento carretero, en el mismo periodo en que hubo aumento de accidentes y muertes; se dejó de invertir en servicios informáticos y han ocurrido hackeos a instituciones estratégicas, y el trabajo de burócratas ha sido precarizado en la actual administración.
Tras la publicación de estos hallazgos, algunos lectores contaron las afectaciones que han percibido en los servicios que ocupan con frecuencia.
En el Hospital del ISSSTE Zaragoza, la madre de Diana presentó un problema vesicular y pasó una semana sin probar alimento ni agua y solo siendo alimentada con suero, debido a que el estudio de colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) requería ayuno. Cada día le decían que lo harían, pero no lo hacían argumentando fallas en el equipo.
José Contreras, dermatólogo e investigador del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dejó de trabajar en el Hospital Manuel Gea González debido a que, como nunca antes, no había lo indispensable para atender a los pacientes, y tampoco se podía pedir material a los pacientes para evitar denuncias administrativas. Personal médico y de enfermería simplemente no podían hacer su labor, por lo que varios especialistas de altísimo nivel han dejado el servicio público, asegura Contreras.
La aplicación del ISSSTE para sacar citas dejó de funcionar al inicio del sexenio por falta de presupuesto, informó personal de la Unidad de Medicina Familiar de Valle de Aragón, donde era atendida la madre de Manuel, paciente con diabetes de 67 años. Le dijeron que a partir de entonces debía acudir a las 5:00 de la mañana para sacar una ficha y lograr cita.
“A la fecha, mi mamá ya no se atiende ahí, porque era levantarse muy temprano para ir por una de las 40 fichas que daban por día, y había gente que incluso se quedaba a dormir ahí para obtener una. Afortunadamente, mi mamá es pensionada y pudo pagar consultas particulares y medicamentos por su cuenta, y aunque son bastantes caros, el ISSSTE ya no se los proporciona”, afirma Manuel.
Al buscar la app ISSSTE Móvil en la tienda de aplicaciones, sí aparece, pero el único servicio que ofrece es “AsISSSTE Covid”, para localizar a pacientes contagiados con el virus, función que supuestamente ayudaba a saber el estado de las personas internadas. Sin embargo, no hay otra opción de trámite o servicio en dicha aplicación.
En tanto, la aplicación que servía a los pilotos para solicitar autorización de vuelo de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) también dejó de funcionar a mediados de 2019, y ahora todos los registros se deben hacer de manera presencial y en papeles, lo que aumenta el tiempo tanto para la tripulación como para los funcionarios que deben verificar la información, afirma Fernando Hernández, piloto con 22 años de experiencia.
Efectivamente, en el actual sexenio la partida “mantenimiento de sitios y páginas web y soporte a los sistemas y programas ya existentes” tuvo un recorte de 45%, al pasar de mil 314 millones de pesos en 2018 a 718 millones de pesos en 2022; es decir, las dependencias de gobierno tuvieron 595 millones menos para invertir en este tipo de desarrollos informáticos que brindaban un servicio más eficiente a los usuarios.
El piloto Hernández también explica en entrevista que las licencias con las medidas de seguridad inviolables no fueron expedidas durante 2020 y la SICT argumentó que no tenía presupuesto para los plásticos. Durante la pandemia, periodo en el que hubo suspensión de labores debido a las restricciones sanitarias, la dependencia decidió prorrogar la vigencia de las licencias, lo que también solventó la falta de presupuesto para emitirlas.
También en la actual administración, la SICT ya no entrega los formatos de plan de vuelo, donde se registran todos los datos de cada aeronave y su tripulación. Ahora deben descargarlos de la página, imprimirlos y entregarlos junto con el resto de copias de papeles en cada aeropuerto. Además, deben llevar una copia para entregar ese mismo papeleo en el aeropuerto donde se aterrice, lo que denota falta de comunicación entre uno y otro, pues debería existir el registro para ambos desde que se autoriza el vuelo, advierte Hernández.
Todo ello es reflejo del 76% de recorte en los materiales y suministros que tuvo la SICT entre 2018 y 2022.
Socorro Pinto intentó durante meses sacar una cita para el pasaporte de sus hijos, en la oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Nuevo León, sin éxito. Intentaba por las mañanas y las madrugadas y no había disponibilidad en la página. También buscó en la oficina de Coahuila y nada.
Otros lectores también reportaron falta de disponibilidad de citas para pasaporte; en Twitter, la cuenta de una empresa respondió un comentario y se ofreció a conseguirlas.
Animal Político contactó dicho servicio y la persona se presentó como “gestor”, cuyo servicio consiste en “monitorear” la página todo el tiempo y conseguir una cita, por un costo de 400 pesos; a los pocos minutos de contacto, ofreció una cita para entre el 12 y el 16 de diciembre en oficinas de la Ciudad de México.
Jonathan lleva un año intentando corregir su certificado de vacunación, primero por internet, luego a través de los “servidores de la nación”, los nuevos funcionarios contratados por la Secretaría de Bienestar que recorren a pie diferentes colonias para ofrecer programas sociales o ayudar en los trámites de quienes ya son beneficiarios. Ni con ellos ni en su centro de salud Jonathan ha podido hacer la corrección.
Los funcionarios
Una funcionaria del INAH, quien pidió no publicar su nombre por temor a represalias, comentó en entrevista que los supervisores, arquitectos y restauradores no pueden acudir a las zonas donde se requiere su trabajo debido a que no tienen presupuesto para viáticos, vehículos y gasolinas.
El instituto está solventando eso mediante un acuerdo con las constructoras encargadas de las obras donde pudiera haber vestigios antropológicos, como el Tren Maya. Las empresas deben pagar los servicios de supervisores y arqueólogos para realizar la búsqueda, la excavación y el salvamento de las zonas. Aunque en este caso, la empresa es el juez y parte al momento de los hallazgos arqueológicos.
Una vez que se encuentran piezas arqueológicas, debe dar aviso al INAH y los restauradores comienzan el trabajo. Sin embargo, el INAH solo tiene 166 plazas de restauradores para todo el país, de las que tres permanecen vacantes. Además, a veces por cumplir con el trabajo, los funcionarios acuden en sus propios vehículos, pagan la gasolina y, en caso de algún accidente, por ejemplo, también asumen los costos del seguro.
Para el trabajo de oficina, explica la funcionaria, las computadoras no han sido renovadas desde hace cuatro años y tampoco fueron pagadas las licencias de los programas, por lo que algunos optan por romper los candados, y otros, como ella, pagan sus propias licencias.
En el caso de la Secretaría de Cultura, de la que depende el INAH, el recorte a materiales y suministros, donde se encuentran los servicios informáticos y vehículos y combustibles tuvo un recorte de 37% entre 2018 y 2022.
En el Centro Administrativo Coatzacoalcos de Pemex, cuenta otro funcionario, quien también pidió anonimato, no se han cubierto las plazas ya sea por jubilaciones o vacaciones.
“En mi caso, llevo un año realizando las actividades propias más las de dos compañeras ya jubiladas. Hace un mes, dos compañeros sindicalizados de mi área cayeron enfermos por diferentes razones. Esto me convirtió en el único trabajador sindicalizado para atender a 37 trabajadores de confianza, algunos de forma presencial y otros de forma remota”.
Debido al estrés, cuenta, lleva dos semanas experimentando presión alta, falta de sueño y fatiga excesiva. “Comenté mi situación al sindicato, pero la respuesta es que ‘aguantemos’ por el tema de austeridad”.
(Con información de Animal Político)