(Laguneros que han hecho nuestra historia teatral y cinematográfica)
Raúl Adalid Sainz
A René Pereyra tuve el gusto de conocerlo en una casa maravillosa de la colonia Condesa, allá por la calle de Veracruz, donde instauró su escuela «Actores del Método». Es que René, originario de Torreón, decidió irse a estudiar la carrera de actuación al legendario y connotado «Actors Studio», de Nueva York. Sí, ese centro que se volvió famoso pues de ahí han surgido parte de las máximas leyendas de la cultura actoral norteamericana: Marlon Brando, James Dean, Marilyn Monroe, Paul Newman, De Niro y Pacino, sólo por citar algunos.
René se va muy joven a Nueva York, es el único lagunero en estudiar en ese mítico lugar. Así que por los años ochenta, Pereyra vuelve a México y establece su escuela. René ha trabajado en un sinnúmero de películas, tanto en México como en el extranjero. Yo lo recuerdo en cintas como: «Romero» de John Durgan, «Antes de que Anochezca», al lado de Javier Bardem y dirección de Julian Schnabel, en «Traffic», de Steven Soderbergh, siendo además de actor, coach de actuación de Benicio del Toro.
Lo tengo presente en tres trabajos muy bien actuados por su parte: su participación en «Todos los Días son Tuyos», ópera prima de José Luis Gutiérrez Arias, su actuación de hermano ambicioso de Damián Alcázar en «Dos Crímenes», de Roberto Schneider y su universo corrupto de personaje en «Bajo la Sal», de Mario Muñoz. Ha trabajado también con Arturo Ripstein en: «Dos Crímenes» y «El Imperio de la Fortuna».
René Pereyra es un artista versátil, es maestro, asesor de actuación, director de casting cinematográfico, director de cine, teatro y telenovelas. En años pasados realizó su ópera prima cinematográfica próxima a estrenarse, «El Arribo de Conrado Sierra». Tuve el gusto de conocer su esmerado trabajo de dirección en una telenovela a la cual generosamente me invitó a hacer casting, «Vidas Robadas».
Antes de cada escena a grabar, le gustaba platicar con el actor sobre el personaje y la situación que se va a trabajar, panorama nada usual en televisión. Si uno tiene el privilegio placer de ser invitado a comer o a cenar por parte de René, recordará para siempre los manjares que cocina, yo recuerdo unos chiles en nogada maravillosos que prepara, y las tortillas de harina que hace, para qué les cuento, una chulada. René conocido además por su colección de sombreros, siempre lo verán ataviado con uno distinto dando marco característico a su generosa testa.
PD: Este texto fue compuesto en el año 2014. René, desde entonces, ha caminado mucha senda. Su película «El Arribo de Conrado Sierra», se estrenó comercialmente y tuvo un notable recibimiento. Se exhibió en su tierra, Torreón, durante el Festival de Cine de esa ciudad, en el bellísimo «Teatro Isauro Martínez». René recibió una ovación inolvidable que le brindaron sus coterráneos laguneros. El ser creativo inquieto de René no parará.
Felicidades a tú espíritu grande querido paisano.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan