sábado 1, marzo, 2025

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¿Se acabaron los abrazos para los narcos en México?

La extradición de 29 narcotraficantes mexicanos a Estados Unidos sin duda constituye una acción relevante en la política anticrimen en México, pero no necesariamente da para considerar el abandono de la política de abrazar a los criminales

Carlos Arredondo Sibaja

La sorpresiva extradición de casi una treintena de narcos mexicanos hacia los Estados Unidos, ejecutada por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, vuelve obligada la pregunta con la cual se titula esta colaboración. Habrá quien considere obvia la respuesta, pero conviene no apresurarse a responder de manera afirmativa.

La primera -y, probablemente, más importante- razón para asumir una posición cauta es el hecho más evidente en la realidad gubernamental mexicana desde el pasado 20 de enero: muchas de las decisiones adoptadas desde Palacio Nacional han sido forzadas -literalmente- por la presión ejercida en nuestra contra por el gobierno de Donald Trump.

La segunda es la insistencia en un discurso gubernamental en el cual se percibe, sin necesidad de esforzarse mucho, la ausencia de convicción en torno, por ejemplo, a la necesidad de contener la migración ilegal hacia los Estados Unidos, o la obligada condena hacia políticos a quienes, como el gobernador de Sinaloa, les ha explotado en la cara la bomba de su connivencia con el crimen organizado.

Finalmente está el innecesario recurso de un eufemismo para no llamarle extradición a las extradiciones realizadas en la semana. Y aunque, en estricto sentido, no parecen haberse seguido los pasos exigidos por la legislación vigente para estos procesos -al menos en algunos de los casos- llamarle “entrega” al proceso únicamente refuerza la percepción sobre la forma como la cuatroté “cuida” el lenguaje cuando se refiere a los criminales.

A propósito de este último punto, sin duda resulta acertado -en términos de lo realmente ocurrido- el verbo utilizado por el periódico Reforma para cabecear la noticia sobre el hecho: “Ofrenda México a Trump a Caro, Zetas y 26 más”. El término, sin duda alguna, da en el blanco.

Con estos elementos a la vista, claramente resulta obligado preguntarse si el hecho solo forma parte de la estrategia del Gobierno Federal por “agradar” a Trump, y con ello suavizar su posición hacia nuestro país, particularmente en el asunto de los aranceles, o en verdad estamos ante el abandono de la estrategia de los abrazos cuyos únicos destinatarios fueron, durante todo el sexenio pasado, los criminales.

No cabe duda: se trata de una decisión con la cual la administración Sheinbaum envía un mensaje -voluntaria o involuntariamente- y del cual puede sacar enormes réditos, sobre todo si con ello logra contener la beligerancia del Presidente de los Estados Unidos.

Sin embargo, las formas cuentan -y mucho- a la hora de construir la narrativa, y en ese apartado la Presidenta queda a deber.

¿Cómo se explica, por ejemplo, su renuencia a hablar ella del tema en su conferencia mañanera de ayer? ¿Cuál es la razón para desaprovechar la oportunidad de plantar su bandera y lanzar un mensaje claro e inequívoco de hacia dónde se está moviendo -y se moverá- la política anticrimen de México en los años por venir?

Lo dicho hasta aquí no impedirá, desde luego, la lectura según la cual este es un acto de gran valor de la titular del Ejecutivo. Pero esa lectura se irá diluyendo, conforme pasen las horas y los días, si no se aprovecha el momento para consolidar la narrativa de cómo las cosas han cambiado en México y, de aquí en adelante, los criminales serán combatidos de verdad.

Además del discurso, desde luego, resulta imprescindible acompañar las palabras con acciones contundentes para combatir a los criminales a quienes se ha cedido largamente el control de las calles de nuestras ciudades.

No olvidemos un aspecto central de esta historia: quienes fueron extraditados anteayer ya estaban en la cárcel. Solamente los sacaron de una prisión para llevarlo a otra, mientras en las calles siguen actuando quienes aterrorizan, literalmente, a nuestras comunidades.

¡Feliz fin de semana!

@sibaja3

carredondo@vanguardia.com.mx

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