domingo 22, septiembre, 2024

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La expropiación de pensiones llegada del Ecuador

Como buen depredador, el gobierno de la T4 intenta aprovechar la distracción causada por la invasión a nuestra embajada en Ecuador para expropiarnos los ahorros para el retiro

Carlos Arredondo Sibaja

Como toda propaganda gubernamental concebida para provocarnos algún daño, la usada por la transformación de cuarta -a lo largo de todo el sexenio- nos ha llegado envuelta en frases amables y expresiones de buena voluntad. Y la más reciente, relativa a la intención de expropiar nuestros ahorros para el retiro, cumple cabalmente con la regla.

Como corresponde, niegan la intención de robarnos y alegan la existencia de garantías absolutas para reintegrar, en caso necesario, el dinero a quien lo reclame… previo paso, desde luego por la burocracia gubernamental a la cual tendremos seguramente la obligación de convencer de nuestra existencia misma antes de ver regresar un centavo a nuestras alforjas.

Estoy hablando, desde luego, de la más reciente andanada de los lacayos legislativos de Mister Yo Siempre Tengo Otros Datos: la propuesta de crear el “Fondo de Pensiones para el Bienestar”, iniciativa convenientemente sacada de la chistera en las últimas horas.

Y digo convenientemente porque nadie había hablado de ella antes, ni había planteado la necesidad de discutir una propuesta de tal naturaleza, pero ahora ¡es una cuestión urgente cuya aprobación no puede esperar ni un segundo!

De pura casualidad, desde luego, a un presidente igual de bananero al nuestro se le ocurrió -el viernes de la semana pasada- tomar por asalto la embajada de nuestro país, lo cual derivó en el rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador y, de entonces para acá, en el uso indiscriminado del hecho por parte del Gobierno de la República y sus acólitos.

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En medio de la polvareda levantada por el ataque a nuestra legación -hecho lamentable y condenable a cual más, sin duda- de pronto apareció en el horizonte la propuesta para hacer una serie de modificaciones a un montón de leyes, acompañada de una inusual prisa.

De pura casualidad también, un grupo de expertos, a su vez asesores de quienes integran la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, estaba listo para analizar la propuesta, realizar corridas financieras y proyecciones hacia el futuro. Gracias a ello, en mega friega se expidió la “opinión favorable de impacto presupuestario” para dicha iniciativa.

Y cuando comenzaron a surgir las voces de alerta… ¡aparecieron los expertos! para explicarnos, en todo programa de radio y televisión, la espléndida idea parida por los privilegiados cerebros de los cuatroteístas legisladores: una auténtica maravilla para corregir la perversidad de las reformas pensionarias neoliberales con las cuales se nos condenó a la miseria perpetua.

Acá su opinador conspiranoico de cabecera nada más tiene unas duditas:

Primero: ¿cómo así se les ocurrió tan redepente una idea tan magnífica y requeteguena? Es decir, ¿cómo no lo propusieron antes para analizar la propuesta con calma y convencernos con música de fondo de Luis Fonsi? O séase, des-pa-ci-to…

Segundo: ¿de cuándo acá las reformas de gran calado, merced a las cuales se produce un impacto espectacular en la vida de millones de personas, se dejan para el último minuto del sexenio?

Tercero: si de todas formas este gobierno ya terminó y los presuntos beneficios de esta propuesta serán cosechados, en su totalidad, por la futura administración, ¿cuál es la prisa por aprobar, ¡sin discutir!, una propuesta colocada sobre la mesa hace apenas unas horas?

No será, por supuesto, la proximidad de las elecciones presidenciales y la posibilidad de echarle el guante a unos cuantos miles de millones de pesos -no vayan a ser necesarios en el tramo final de la contienda- la motivación detrás de tanta prisa…

Seguiremos en el tema.

¡Feliz fin de semana!

@sibaja3

carredondo@vanguardia.com.mx

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