LaOtraPlana.com.mx
Cuba, Venezuela y Bolivia acuden el viernes en La Habana a una reunión alternativa en el ámbito del ALBA, en «rechazo» a la decisión de Washington de marginarlos de la Cumbre de las Américas que se celebrará en junio en Los Ángeles, California.
«Nos hemos convocado para dar el debate, para fijar una posición muy clara sobre la reunión que están convocando en Los Ángeles, y bueno, un rechazo firme contundente, absoluto, a la visión imperial que pretende excluir a los pueblos de las Américas», dijo Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, a su llegada al Palacio de la Revolución, sede de la cumbre.
Por su parte el presidente de Bolivia, Luis Arce, envió un mensaje a los anfitriones de la reunión de Los Ángeles: «Si quieren hacer una reunión de amigos, que la hagan, pero no pueden llamarla Cumbre de las Américas».
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel les dio la bienvenida desde temprano y describió en un tuit el encuentro en La Habana como una «Cumbre de integración, de solidaridad, de cooperación».
Es una «cumbre humanista. Nuestra #Cumbre», añadió el mandatario.
La cumbre da inicio luego de que Díaz-Canel dijera que «en ningún caso» asistiría a la cita de Los Ángeles y tras semanas de tensión por la renuencia del gobierno de Estados Unidos de convidar, como país anfitrión, a Cuba, Venezuela y Nicaragua a la próxima Cumbre de las Américas.
Esto provocó incluso el amago de otras naciones de la región de faltar a la Cumbre de las Américas si las tres naciones eran excluidas.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien aún no arribó a la cumbre, tomó la misma decisión de abstenerse de acudir dos semanas atrás, mientras que Estados Unidos aseguró el jueves que bajo ningún concepto invitará a representantes del gobierno de Maduro.
Desde enero, el gobierno de Joe Biden había dicho que el «compromiso» con la democracia sería el factor para decidir quien sería invitado a la IX Cumbre de las Américas, a realizarse del 6 al 10 de junio.
Para el politólogo cubano Rafael Hernández, la cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) «puede dirigirse a convocar un espacio alternativo para debatir la agenda interamericana sin los Estados Unidos».
Los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua decidieron reunirse en «rechazo a la exclusión» porque supieron que Estados Unidos no cambiaría su postura, señaló Hernández, que advirtió que ningún pronunciamiento en La Habana será la causa de esa marginación.
Hace solo cinco meses, los mandatarios del ALBA reafirmaron en un encuentro anterior su compromiso con «la integración genuinamente latinoamericana y caribeña» para enfrentar «las pretensiones de dominación y hegemonía imperialista».
«Estos países tienen una agenda internacional, tienen una comunicación, con diálogo con otros países del hemisferio», dice Hernández.
El ALBA, un foro que nació en 2004 en respuesta al fallido proyecto de Washington para crear el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), está integrada por Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, San Cristóbal y Nieves; Dominica, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, y Granada.
Durante una visita a La Habana el 8 de mayo pasado, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ofreció insistir a su homólogo estadounidense que no excluyera a ninguna nación. Que «cada país decida libremente si asiste o no a dicho encuentro», dijo entonces en un discurso en la isla.
Bolivia, Honduras, Guatemala y los países del Caribe se sumaron a la postura de López Obrador de no ir a Los Ángeles si Cuba, Venezuela y Nicaragua eran excluidas, mientras que Argentina y Chile abogaron por la inclusión.
Las críticas de estos países latinoamericanos por la exclusión auguraron un fiasco para la Cumbre de las Américas, según varios analistas.
Pese a los jalones por la Cumbre de las Américas, que pondrá énfasis en la crisis migratoria por el creciente flujo hacia la frontera entre México y Estados Unidos, el gobierno de Biden anunció a mediados de mayo el alivio a una serie de restricciones contra Cuba, impuestas durante la administración de Donald Trump.
Estas medidas facilitarán procedimientos de inmigración, transferencias de dinero y vuelos a la isla, una decisión saludada por el gobierno de La Habana.
«Hay mucho de improvisación, no está claro que este anuncio sea parte de una estrategia más amplia», opina el académico Michael Shifter, expresidente de la ONG Diálogo Interamericano, que destacó que «la Casa Blanca está presionada por legisladores demócratas y republicanos contrarios a cualquier apertura».
Pero «también por México y otros países que amenazan con boicotear la Cumbre de las Américas», añadió.
(Con información de El Universal)