Raúl Adalid Sainz
Hace treinta y dos los años.
Sí, lo tengo claro, hace treinta y dos y contando.
Hace treinta y dos te fuiste al camposanto de otro cine.
Hace treinta y dos, nos dejó entrecomillado, ese que fincó,
ese que encantó la pantalla con su verso de cine.
Hace treinta y dos y contando, que se fue el gran Buñuel:
ese de un «Perro Andaluz», ese de «Nazarín» que me conmueve,
ese de absurdo y surrealista proceder en «La Ilusión Viaja en Tranvía»,
ese que dejó un «Él» en celos rabiantes de Arturo de Córdoba,
ese que en Ernesto Alonso vuelca la imaginación de un ensayo de muerte en crimen a la bella Miroslava,
ese que rio de «Simón» en tentación juguetona de diablo de aquella Pinal,
ese que pintó al «Bruto» en negra carcajada de destino,
ese que vio el humano proceder en «Ángel Exterminador»,
ese que quitó el velo de santidad a «Viridiana»,
ese que dejó «Los Olvidados» como lienzo del nunca olvido,
ese que vio a México en miseria y lo sublimó por los siglos de los siglos del siempre amén.
Don Luis pasa y pasa el tiempo y usted cada día filma mejor.
Nota: Don Luis murió hace cuarenta años. Mi canto de homenaje fue hecho hace treinta y dos y contando. Don Luis nos dijo adiós en su casa en la cerrada de Félix Cuevas en la Colonia del Valle. Un maestro del séptimo arte. Siempre vivo para el cine mexicano. Quise pintar en letras su etapa mexicana de cine, es la que más me gusta. Sin olvidar su era francesa con «Tristana», «Bella de Día», «El Fantasma de la Libertad», «Diario de una Camarera», «El Discreto Encanto de la Burguesía», y mis dos predilectas de esa era: «La Vía Láctea» y su gran epílogo cinematográfico llamado, «Ese Oscuro Objeto del Deseo». Leer su libro «Mi último suspiro», es conocer el alma y la razón de Luis Buñuel. !Que suenen pues, los tambores de Calanda, don Luis sigue vivito y coleando!
R.A.S
