viernes 28, junio, 2024

Nueva era

Enrique Martínez y Morales

Uno de los principales retos que tenemos como comunidad es combatir la
lacerante desigualdad que existe en nuestro país. Esa inequidad es la
causante de muchos de los males que nos aquejan que van desde la pobreza
y falta de oportunidades hasta el descontento, el encono y el odio social que
tanto daño nos hacen.

El problema es complejo y no cuenta con soluciones sencillas. Algunos países
que trataron de erradicar la desigualdad instalando regímenes comunistas,
como la Unión Soviética y su experimento en Alemania del Este, tuvieron que
abandonarlo ante lo estrepitoso de su fracaso; otros, como Cuba y
Venezuela, lo mantienen por cuestiones ideológicas a pesar lo mal que les
está yendo.

Tampoco son suficiente las transferencias en efectivo. Ayudan, pero no
resuelven. Son solo un paliativo temporal. Qué bueno que se entreguen, pero
no debemos olvidar ir al fondo del problema y generar estrategias integrales
y políticas de intervención eficientes.

Una de ellas, que hace su aportación desde lo privado, es sin duda Salud
Digna. Con sus altísimos estándares de calidad y sus bajos precios permite
una democratización eficaz de la salud.

Su modelo ha sido tan exitoso que este 2024 cerrará con 235 clínicas,
cubriendo todos los estados y generando presencia en otros países, como
Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Con 18 millones de pacientes atendidos
al año y con más de 26 millones de servicios efectuados, Salud Digna se
consolida como la segunda institución de atención a la salud con más
pacientes en el país, superada solo por el IMSS.

Trabajar desde la prevención genera beneficios a futuro, reduce costos
sociales y minimiza las tragedias. Y así, Salud Digna no solo es el principal
proveedor de lentes a la población mexicana o la institución que más
densitometrías realiza en el mundo, sino que el 20% de los casos de cáncer
de mama detectado en mujeres mexicanas tuvo como origen una de sus
mastografías.

Salud Digna no solo salva vidas, sino que pone su granito de arena para tener
una sociedad más justa. Con sus objetivos claros de erradicar la inequidad
ofensiva y humanizar la salud, sus clínicas se han convertido en el punto de
encuentro de todos los niveles socioeconómicos. Ahí, todos somos iguales y
recibimos una atención de primera.

Ahora, con la instalación de su Asamblea General y la formalización de un
nuevo esquema de gobierno corporativo, Salud Digna entra en una nueva era
de crecimiento. Felicito a la familia Vizcarra, y a todo su equipo, por este
importante paso. Ojalá más instituciones privadas en nuestro país tomen su
ejemplo y contribuyan a reducir las desigualdades sociales que tanto daño
causan.

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