Luis Alberto Vázquez Álvarez
1895 Alfred Nobel creó un premio mundial ejemplar para reconocer a quienes hicieran contribuciones sobresalientes a la humanidad. El premio consiste en un Diploma oficial: con una obra artística única y una descripción del logro premiado. Una medalla de oro: con la imagen de Alfred Nobel y el nombre del laureado y un premio en efectivo de aproximadamente 1 millón de dólares. Todo ello se financia de un fideicomiso que dejó en su testamento. La primera entrega se realizó en 1901 convirtiéndose en el reconocimiento más prestigioso y honorífico del mundo, símbolo de excelencia científica, literaria y muy especialmente: humanitaria. Los ganadores se anuncian en octubre y reciben el premio el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel.
Nobel fue un inventor sueco creador de la dinamita que lo mismo salva que destruye vidas y bienes Gracias a su patente y negocios industriales acumuló una gran fortuna y decidió cederla para premiar a quienes aportaran beneficios en, originalmente cinco áreas: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz. En 1968, se añadió el Premio en Ciencias Económicas en su memoria, financiado por el Banco Central de Suecia.
En las últimas semanas habíamos visto con agrado como se premiaba a genios de la medicina, física, literatura, química y economía, siendo sus aportes indiscutiblemente apreciados por toda la humanidad como beneficios que dignifican la vida planetaria y social.
En el caso del Premio Nobel de la Paz, (otorgado a 104 personas y 23 organizaciones), ha influido en procesos de reconciliación y resolución de conflictos sociales que benefician a comunidades y etnias completas, destacando: Martín Luther King (1964) derechos civiles e igualdad racial; Alfonso García Robles (1982) mexicano logró éxitos en desarme general y nuclear. Nelson Mandela (1993) logró pacíficamente terminar el régimen de apartheid; Barack Obama (2009) Por fortalecer la diplomacia internacional y la colaboración entre los pueblos.
Mujeres insignes: Teresa de Calcuta, (1970), lucha mundial contra la pobreza. Rigoberta Menchú (1992) Justicia social, reconciliación etno-cultural y respeto de los derechos de los pueblos indígenas. Malala Yousafzai (2014) contra la represión de los niños y jóvenes, y por el derecho de todos los niños a la educación. Narges Mohammdi, (2023) luchó contra la opresión de las mujeres en Irán, promovió los derechos humanos y la libertad para todos. También ha habido personas honestas que tras haber sido designados ganadores los han rechazado, destacando Jean-Paul Sartre (Literatura, 1964). Caso excepcional fue Le Duc Tho, reconocido en 1973, pero él rechazó el premio ya que, había negociado y logrado el fin de la guerra de Vietnam, alegó que aún no había paz real en su país.
Si bien es cierto que el Nobel de la Paz ha recibido muchas críticas duras, nunca ha sido más vituperado que en 2025 como el más asqueroso de la historia, como antítesis blasfema al ser otorgado a una venezolana con nefasto pasado político quien significativamente es “promotora de la violencia, la invasión militar e instigadora de una guerra civil”
Importantes políticos latinoamericanos han calificado esta premiación como “una afrenta a la historia” y como apoyo a quien pide defender a “criminales contra la humanidad”, Ella ha solicitado sea el “Big Stick” para su patria, o sea: ¿Cómo es posible otorgarlo a quien ha pedido que su país sea invadido militarmente y propuesto insurrecciones armadas dentro de su patria?
Intelectuales mundiales han expresado rechazo, señalando que este ya devaluado galardón legitima a quien apoya los homicidios israelíes en Gaza, felicitando a Benjamín Netanyahu por su lucha contra el pueblo palestino al que ella ha omitido mencionar como víctima inocente de un genocidio.
El Comité Noruego justificó el premio por su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano” y su lucha por una =transición “pacífica” y justa hacia la democracia=. Sin embargo, ha sido acusada de promover una intervención militar extranjera en Venezuela, por sus declaraciones entre 2014 y 2019, cuando ella insistió en que “la única opción viable es la fuerza”, y pidió a Estados Unidos y otros países que “actúen con decisión” para “sacar a Maduro del poder” (sic).
Tendrá el dinero del premio, pero la ignominia de sus acciones la perseguirá toda su vida.