jueves 19, septiembre, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

Jesús Vázquez Trujillo

El Paseo del pendón

Estandarte enarbolado por Hernán Cortés, durante la conquista de México – Tenochtitlan, el 13 de agosto de 1521.

El 13 de agosto de 1528, las autoridades novohispanas dispusieron que se conmemorara la caída de México – Tenochtitlán a manos de Hernán Cortés y sus aliados tlaxcaltecas.

Aprovechando la festividad religiosa de San Hipólito, se dispuso que un estandarte con la imagen de la virgen de los Remedios fuera sacado del Palacio del cabildo.

Y de ahí se marchara en procesión hacía la iglesia de San Hipólito a caballo para depositarla en el altar.

Dicha procesión seguía el siguiente orden jerárquico:

  1. El virrey
  2. Los oidores
  3. Los regidores

Además de contratar a unos trompetistas para que amenizarán el evento, a los cuales el primer año se les pagó muy bien.

Sin embargo, de 1529 en adelante los trompetistas ya no recibieron retribución alguna por su trabajo.

También se celebraron corridas de toros y cada ejemplar muerto era donado a los hospicios, conventos y orfelinatos.

En 1640, el “Paseo del Pendón”, se empezó a realizar en carruajes con lo cual empezó a perder lucimiento.

En 1700, se llegó al extremo de cobrar una multa de $100 a los caballeros que no asistieran al “Paseo del pendón” sin causa justificada.

En tiempos de lluvias, las personas se guarecían hasta que la tormenta terminaba para proseguir con la celebración.

Sin embargo, el rey Felipe V, ordenó que el “Paseo del pendón” se celebrase aún con lluvia, pues costaba mucho dinero.

En 1808, se tuvieron que traer indígenas de diversas poblaciones a los cuales se les pagaban $10,000, además de comida, bebida y alojamiento.

La bebida era el pulque y se les ofrecía al terminar el desfile, pues no querían indígenas borrachos deambulando por la ciudad.

La constitución liberal española, promulgada en 1812, prohibió la conmemoración de la conquista.

Aunque hay que decir que el “Paseo del Pendón”, enorgullecía a todos los habitantes de la Nueva España.

El 13 de agosto de 1820, fue la última vez que se celebró el “Paseo del pendón”, una vez terminada la celebración, los funcionarios públicos y asistentes en general se regresaban a sus casas. 

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