La expropiación petrolera se decidió en un maizal
Jesús Vázquez Trujillo
Corría el mes de enero de 1938, y el presidente Lázaro Cárdenas, estaba
realizando una gira de trabajo por su natal Michoacán, acompañado de su
chofer y su paisano, el también general y su “padre ideológico”, además de
Secretario de Economía, Francisco José Múgica Velázquez, a quien el
presidente Cárdenas consideraba su mejor amigo.
Repentinamente, en medio de unos maizales, el general Lázaro Cárdenas,
ordenó que el coche se detuviera, e intempestivamente, descendió de él y se
echó a correr hacía el interior de los campos de maíz.
Acto seguido, Cárdenas le gritó a Múgica y le dijo: ¡General, venga conmigo.
Rápido!
El general Múgica, un tanto sobrecogido y pensando que el presidente estaba
en algún peligro inminente, descendió del vehículo y preparó su pistola, sin
embargo cuando llegó hasta donde estaba el general Cárdenas, lo
sorprendió, bajándose el cierre de su pantalón, dejando ver su pene, al
tiempo que le decía al general Múgica.
¡General, necesito confesarle una cosa muy seria e importante!
Esto, sorprendió a Múgica, quien no supo que decir y hasta se sintió un poco
incómodo, sin embargo en ese momento se escuchó caer un hilo de orina en
el campo.
¡General, estoy pensando seriamente en expropiar la industria petrolera!
¿Qué opina? ¿Cuento con su apoyo?
Al escuchar esto, el general Francisco J. Múgica, sonrió y suspiró aliviado, al
tiempo que respondía:
¡Mi general, las condiciones están dadas! ¡Y claro que usted, cuenta con
todo mi apoyo!
El general Francisco J. Múgica, fue el primero en conocer la decisión de
expropiar la industria petrolera.
