martes 26, noviembre, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

Jesús Vázquez Trujillo

El panteón de San Fernando

El panteón de San Fernando fue construido e inaugurado en 1833, con el objetivo de dar cabida a todas las víctimas mortales que dejó la epidemia de cólera morbo que ese año azotó al país, ya que el panteón de Santa Paula, construido en la época colonial era insuficiente para enterrar a los muertos por el cólera.
Sin embargo, el panteón de San Fernando tuvo su apogeo tras la victoria liberal contra Santa Anna en 1855, ya que todos los próceres liberales que fallecían, ya fuera en batalla, por causas naturales, o por enfermedad eran sepultados en San Fernando.

Como fue el caso del general Ignacio Comonfort, quien murió en noviembre de 1863, tras ser atravesado por la espada del general Leonardo Márquez, tras el fin del Segundo Imperio Mexicano, y el posterior fusilamiento de Maximiliano, Miguel Miramón y Tomás Mejía.

A excepción del cadáver del archiduque, los cádaveres de los generales mexicanos fueron sepultados en San Fernando, el 19 de julio de 1872, el cadáver del presidente Benito Juárez fue sepultado en San Fernando, estando su tumba ubicada junto a la de Miguel Miramón, cosa que hizo enfurecer a su viuda, la señora Concepción Lombardo, quien no podía tolerar semejante afrenta.
Ahí también están sepultados el Lic. José María Lafragua y su prometida, la joven Dolores Escalante.

Tras el fallecimiento del general Antonio López de Santa Anna, acaecido el 21 de junio de 1876, tanto su cadáver como el de su esposa Dolores Tosta, fueron sepultados en el panteón de San Fernando.
El panteón de San Fernando fue clausurado por orden del general Porfirio Díaz en 1880 y convertido en un museo mortuorio, continuando así hasta nuestros días.

Desafortunadamente por ahora el Panteón de San Fernando permanece cerrado al público, debido a los severos daños que sufrió a consecuencia del fortísimo sismo que sacudió a la ciudad de México el 19 de septiembre de 2017.

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