viernes 22, noviembre, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

El ingreso de México a la Sociedad de Naciones

Jesús Vázquez Trujillo

El 10 de junio de 1919, se suscribió y firmó el Tratado de Versalles, con el cual se ponía fin a la Gran Guerra Europea.

Uno de los puntos del tratado internacional recién firmado, el décimo concretamente, establecía, que se debía crear un organismo internacional, que velara por la paz interncional, dicho organismo debería estar integrado por todos los países del mundo.

Fue así, como se creó la “Sociedad de las Naciones”, organismo internacional del que al menos inicialmente, México quedó excluído. Esto en razón de que durante la Gran Guerra Europea, México había simpatizado encubiertamente con Alemania.

En enero de 1930, México decidió enviar a un “observador diplomático” a la Sociedad de Naciones, establecida en la ciudad de Ginéba, capital de Suiza. En octubre de ese año, Alemania, Francia, Japón e Italia, propusieron que México fuera invitado a formar parte de la Sociedad de las Naciones.

El Secretario de Relaciones Exteriores, Génaro Estrada, recibió la invitación internacional y se la hizo llegar al Senado de la República para su aprobación.  Finalmente, el 9 de septiembre de ese mismo año, México fue aceptado como integrante de la Sociedad de las Naciones.

Aunque México dejó en claro que no aceptaba el contenido del artículo 21º del acta constitutiva de la Sociedad de Naciones, en el cual se aprobaba a la “Doctrina Monroe”, como ideología de la Sociedad de Naciones.  

México, designó como nuestro primer delegado al ex presidente de la República, el Lic. Emilio Portes Gil, quien se sumó a los trabajos del organismo internacional, el 10 de septiembre de 1931.

En 1936, el presidente Lázaro Cárdenas, designó a don Isidro Fabela como nuevo delegado de México ante la Sociedad de Naciones, y  como tal, don Isidro fue el único en protestar por la ofensiva falangista a los republicanos españoles, durante la guerra civil española.

Además de ser el único delegado en protestar por la anexión de Austria a Alemania en marzo de 1938, así como también, fue el único en protestar por la invasión, ocupación y colonización italiana de la República de Etiopía.

Casos ante los cuales, la Sociedad de Naciones, no hizo absolutamente nada por evitar tales atropellos internacionales. Ante la pasividad del organismo internacional, don Isidro Fabela, realizó una fatídica profecía.

¡Sí permitimos esto, señores. Nos estamos dirigiendo ineludible e inevitablente a una nueva guerra internacional!

Don Isidro Fabela, advirtió el estallido de la Segunda Guerra Mundial, además de evidenciar que la Sociedad de las Naciones era una institución internacional inútil, inservible e incompetente.

Alegoría del ingreso de México a la Sociedad de Naciones, 10 de septiembre de 193.

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