Un Destino Trágico
Jesús Vázquez Trujillo
El 30 de marzo de 1823, Agustín de Iturbide y su familia salieron de Veracruz con destino a la ciudad de Liorna, Italia, puesto que no podía asilarse en un país gobernado por los borbones, quienes habían declarado a Iturbide fuera de la ley por haber independizado a la Nueva España.
Sin embargo, en Liorna tampoco se sentía a gusto, ya que en esa ciudad se le consideraba persona “Non grata”, eso sin contar con que la pensión que le otorgaban no le era suficiente para cubrir sus necesidades, por lo que tuvo estrecheces económicas.
Así que mejor decidió embarcarse a Londres, Inglaterra, donde se dio cuenta de que la Santa Alianza, formada por Austria, Rusia y Prusia, planeaba ayudar a España a reconquistar a sus antiguas posesiones en el continente americano.
Agustín de Iturbide, decidió regresar a México no como emperador, si no como soldado de la patria, así se lo hizo saber al congreso mexicano en una carta donde les avisaba sobre los planes de la Santa Alianza, para reconquistar México.
Agustín de Iturbide, despidiéndose de sus amigos para marchar al exilio.
Sin embargo, el congreso desestimó la carta del libertador, ya que desafortunadamente durante el año que llevaba exiliado, el parlamento, expidió un decreto en el que declaraba a Agustín de Iturbide, enemigo público, autorizando a cualquier ciudadano a fusilarlo, si lo encontraba al presentarse en cualquier punto del territorio nacional, bajo cualquier calidad.
El motivo de éste decreto obedecía al hecho de que Iturbide aun contaba con muchos simpatizantes en el país, por lo que el congreso temía que si regresaba sus partidarios se levantarían en armas para volver a proclamarlo emperador.
Decreto de proscripción contra Agustín de Iturbide
1º – Se declara traidor y fuera de la ley a don Agustín de Iturbide, siempre que se presente bajo cualquier título en algún punto del territorio mexicano. En éste caso, queda por ese mismo hecho declarado enemigo público del Estado.
2º – Se declaran traidores a la Federación y serán juzgados conforme a la ley del 27 de septiembre de 1823, cuantos cooperen por escritos encomiásticos o de cualquier otro modo a favorecer su regreso a la República Mexicana.
Desafortunadamente, Agustín de Iturbide no sabía nada del decreto de proscripción expedido en su contra por el congreso mexicano, por lo tanto estaba ajeno a la trágica suerte que le esperaba al poner su primer pie en tierra mexicana.
El 15 de julio de 1824, Agustín de Iturbide desembarcó en el puerto tamaulipeco de Soto la Marina, donde inmediatamente es reconocido por el general Felipe de la Garza, quien le explica, el decreto que hay en su contra e inmediatamente lo aprehende.
Felipe de la Garza, reconoció a Agustín de Iturbide por su forma de caminar, pues el “Dragón de Fierro”, tenía unas maneras muy finas de hacerlo.
Agustín de Iturbide, aceptó serenamente la decisión tomada por el congreso nacional respecto a su persona, solamente solicitó que se le permitiera redactar su testamento y despedirse de su esposa e hijos, la que por cierto estaba embarazada de su noveno hijo.
El 17 de julio de 1824, en el poblado de Padilla, Tamaulipas, se le instruyó proceso judicial a Agustín de Iturbide, cuya sentencia condenatoria le impuso la pena capital.
Misma que se llevó a cabo a las 7:30 am. del 19 de julio. Agustín Cosme Damián de Iturbide y Aramburú, murió fusilado sosteniendo un crucifijo contra su pecho.
Fusilamiento de Agustín de Iturbide, 19 de Julio de 1824.