miércoles 15, mayo, 2024

MITOS Y NOVEDADES EN LA HISTORIA DE MÉXICO

Jesús Vázquez Trujillo

El 8 de enero, a las 19 horas me internaré en el Sanatorio Santelena para que se me opere de una hernia “umbilical”, que me resultó hace varios años.

Para decidir sobre la operación intervinieron los internistas doctores Salvador Zubirán y Rafael Sánchez Cabrera.

Mi estancia en el sanatorio se aprovechará para analizar la inflamación que recientemente me apareció en el cuello, lado izquierdo.

No hay dolencia. Hasta hoy se ignora su origen, que puede ser benigna o motivarla otras causas que obligarán a operarse.

Estoy tranquilo y optimista; sólo me preocupa la alarma que puede causarle a Amalia, Cuauhtémoc, Alicia y hermanos al enterarse mañana de qué se trata, además de la hernia, de la inflamación del cuello.

Sin embargo, verán mi estado de ánimo y esto los calmará. Siento este paréntesis de mis actividades por el tiempo que voy a perder al estar internado, en vez de utilizarlo en mis recorridos por la cuenca del río Balsas y otros lugares, como visitar en este mes el ejido de Quechehueca, en el Estado de Sonora, que ya ofrecí a los campesinos aceptar su invitación para este mes. Les avisaré estar con ellos para febrero o marzo”.

Cárdenas muere en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1970. Y es que desde mayo de aquel año, los diarios publicaban que el ex presidente Cárdenas había enfermado gravemente.

Meses después de que se conocieran las primeras noticias sobre su enfermedad, se dio el desenlace.

Después de dos semanas internado en el hospital había regresado a su casa donde fue trasladado pensando que la crisis que padecía había pasado, llevaba ahí cuatro días, pero la mañana del 18 de octubre entró en coma y falleció al día siguiente a las 17.15 horas, a la edad de 75 años.

Una de las disposiciones dictadas por el general Lázaro Cárdenas, es que en la celebración de sus “pompas” fúnebres.

Solamente deseaba que el único orador fuera, su amigo y Secretario de Estado, el Lic. Ignacio García Téllez.

El cuel concluyó su emotivo discurso con la frase: ¡Nunca ha tenido México, un presidente así!

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