La traición de Ignacio Elizondo
Jesús Vázquez Trujillo
Después de la derrota sufrida en la batalla de Puente de Calderón, librada el 17 de enero de 1811, el capitán Ignacio Allende despojó al cura Miguel Hidalgo del mando político y militar de la insurgencia. Además de hacerlo prisionero.
Sin embargo, a pesar de que Allende asumió el mando de la insurgencia, el movimiento estaba muy mermado, pues necesitaban armas, y alimentos. Pero sobre todo necesitaban dinero para poder reorganizar al ejército.
Por lo que Allende decidió emprender la marcha hacía los jóvenes Estados Unidos de América, con el fin de encontrar allí recursos para la causa insurgente.
Los insurgentes, llegarían primero hasta San Antonio de Béjar en la entonces provincia de Tejas, donde los estaría esperando el capitán insurgente Gutiérrez de Lara, quien los conduciría hasta la frontera con los Estados Unidos.
Captura de los primeros jefes insurgentes, 21 de marzo de 1811.
Desafortunadamente, el 21 de marzo de 1811, cuando los insurgentes iban pasando por una ciudad perteneciente a la intendencia de Chihuahua, llamada Norias o Acatita de Baján, un antiguo subalterno de Ignacio Allende, llamado Ignacio Elizondo les tendió una emboscada a los insurgentes, pues se puso de acuerdo con soldados realistas para esconderse y sorprenderles a su paso por Norias de Baján.
Ignacio Elizondo había desertado de las tropas insurgentes, porque Ignacio Allende no le otorgó el grado de capitán que le solicitó. Una vez que fueron sorprendidos, Indalecio el joven hijo del capitán Ignacio Allende fue asesinado al tratar de impedir que las tropas realistas aprehendieran a su padre.
El joven militar murió instantáneamente en los brazos de su amoroso y doliente progenitor.
El padre Miguel Hidalgo iba hasta el final de la caravana, pues ya era prisionero de su propio ejército.
Los prisioneros fueron conducidos hasta la ciudad de Chihuahua, donde se les enjuició y se les condenó a muerte.
Captura de los primeros caudillos insurgentes, 21 de marzo de 1811.