La vedette chiapaneca
Jesús Vázquez Trujillo
Irma Serrano, fue una famosa y sensual vedette que tuvo como amantes a grandes personalidades de la élite política mexicana.
Durante el sexenio del Lic. Miguel Alemán Valdés 1946 – 1952, la “Tigresa” fue amante de Fernando Casas Alemán, sobrino materno del presidente y quien fungía como Jefe “Regente” del Departamento del Distrito Federal.
Bajo esa calidad, Casas Alemán le obsequió a doña Irma, casinos y clínicas donde se practicaban abortos clandestinos.
Es en uno de éstos casinos donde Fernando Casas Alemán, presenta a la “Tigresa” con Gustavo Díaz Ordaz, a la sazón senador de la República e inmediatamente queda prendado de ella por su colosal belleza.
Sin embargo, no se volvieron a ver hasta 1962, cuando Díaz Ordaz era Secretario de Gobernación, cuando don Gustavo se dirigía su oficina, ubicada en la calle de Bucareli, se vieron de un vehículo a otro.
Una vez en su despacho, don Gustavo le encarga a Fernando Gutiérrez Barrios, que averigüe el número telefónico de Serrano, encargo que el director federal de seguridad cumple sin chistar, y una vez que lo consigue, don Gustavo le dice a la “Tigresa”, que la quiere como su amante, con la condición de que él sea el único.
Ella acepta con la condición de que le dé una jugosa mensualidad y la introduzca al mundo de la farándula.
Así, este amasiato entre la “Tigresa” dura hasta 1968, año en que doña Guadalupe Borja, esposa del ya presidente Gustavo Díaz Ordaz, descubre el idilio clandestino entre la vedette y su marido, por lo que iracunda va a exigirle al licenciado Luis Echeverría, Secretario de Gobernación, que destruya la carrera artística de Serrano.
Cosa que Echeverría cumple, es por ello que el presidente Díaz Ordaz, decide poner punto final a su romance con la vedette, con el pretexto de cuidar a su esposa, quien estaba muy mal de su salud emocional, a raíz de los sucesos ocurridos ese miércoles 2 de octubre.
El 12 de diciembre de ese fatídico año, doña Guadalupe Borja estaba celebrando su santoral en la otrora residencia oficial de “Los Pinos”, e Irma Serrano le lleva una serenata, cuya primera canción fue “Por andar con un casado”.
En cuanto el presidente Díaz Ordaz escuchó la canción, bajó apresuradamente al jardín de la residencia oficial, e inmediatamente, encolerizada la vedette le propina una bofetada con tal fuerza que le voló los anteojos al presidente, además de desprenderle una retina, padecimiento que lo habrá de aquejar durante sus últimos años de vida.
Al ver aquello, los miembros del Estado Mayor Presidencial, encañonan a la vedette y están a punto de “cortar cartucho”. Sin embargo, el aún aturdido Díaz Ordaz, le dice al mayor Luis Gutiérrez Oropeza que la deje retirarse.
Después de ese incidente, el presidente Gustavo Díaz Ordaz e Irma Serrano, nunca volverían a verse. Gustavo Díaz Ordaz, fue un fetichista sexual, pues sentía delirio por los pies de la vedette, además de que le gustaba orar antes de empezar el arrebato carnal.
Doña Irma Serrano, le tuvo un gran odio a Luis Echeverría, a quien llamaba despectivamente el “Gusano Parlanchín”, debido a su incesante verborrea, por haber sido él quien truncó su incipiente carrera artística, además de que durante una cena, Díaz Ordaz tenía desamarrada una agujeta y Luis Echeverría, se apresuró a amarrársela.
Para Irma Serrano, Luis Echeverría fue un “arrastrado”, zalamero y lambiscón, de ahí el apodo de “Gusano Parlanchín”.
El odio de doña Irma por Echeverría llegaba a tal grado, que lo culpó de los sangrientos acontecimientos ocurridos el 2 de octubre de 1968.
En 1977, el licenciado Gustavo Díaz Ordaz, fue designado embajador de México en España y durante la entrevista que se le realizó con motivo de este nombramiento, inevitablemente se le cuestionó sobre su amorío con doña Irma Serrano, a lo que don Gustavo Respondió:
«Fue como tener una experiencia con una totonaca»
Esta declaración que molesto a Irma y como venganza publicaría en sus memorias A calzón quitado y A calzón amarrado detalles de su relación con el presidente.
Irma Serrano Castro. Actriz, vedette y política chiapaneca.