Jesús Vázquez Trujillo
Félix María Calleja, deseaba la independencia de México

La historia oficial, muestra al brigadier Félix María Calleja del Rey, como el más cruel enemigo de los insurgentes, sin embargo ese hombre tan sanguinario estaba convencido de la justicia y la necesidad de que la Nueva España se independizara de la metrópoli.
Félix María Calleja del Rey, llegó a la Nueva España en 1783, siendo un jovencito, acompañando al virrey Juan Vicente de Güemes Pacheco y Horcasitas, Segundo Conde de Revillagigedo, por lo cual realizó toda su carrera militar en el continente americano.
Situación que le ganaría el desprecio del virrey Francisco Xavier Venegas, quien había tomado posesión del virreinato, el 14 de septiembre de 1810, a tan solo dos días de que el párroco de Dolores, población ubicada en el Mineral de Santa Fe de Guanajuato, Don Miguel Hidalgo y Costilla, llamara a la rebelión en contra del gobierno virreinal.
El virrey Venegas, no sabía cómo enfrentar la rebelión del “endemoniado curita”, como le llamaba despectivamente a Hidalgo, por lo que gente de su corte le sugirió buscar la ayuda del brigadier Calleja, pues era de los militares realistas más experimentados de la Nueva España, sin embargo, Venegas desconfiaba de Calleja, por haber hecho su carrera militar en América, rodeado de puros criollos, por lo que decía que Calleja se había “acriollado”.
Sin embargo, muy a su pesar tuvo que comisionarlo, para combatir a las huestes de Hidalgo, al que propinó muy buenas derrotas, no obstante que estaba convencido de la justicia de su causa.
Pues los últimos virreyes, el marqués de Branciforte y José de Iturrigaray, habían saqueado al país, eso sin contar con que el Marqués de Branciforte, estaba casado con la hermana de Manuel Godoy, el llamado “Príncipe de la Paz”, primer ministro del rey Carlos IV, y amante de la reina María Luisa de Parma, entonces a eso debía su puesto como virrey.
Sin embargo, no estaba de acuerdo con los métodos de guerra empleados por el párroco, quien estaba desangrando al virreinato, pues permitió que campesinos e indígenas participaran en la guerra, gente sin ninguna preparación militar, guiadas por el frenesí y la sed de venganza.
Félix María Calleja, hubiera deseado que el padre Hidalgo lo hubiese tomado en cuenta para lograr la independencia de la Nueva España, de una forma organizada y con el menor derramamiento de sangre posible.
Finalmente, Calleja derrota a las huestes de Hidalgo, en la batalla de Puente de Calderón, librada el 17 de enero de 1811.
Hidalgo, es arrestado y fusilado junto con sus generales insurgentes, pero ahora Calleja debía preocuparse por hacerle frente a José María Teclo Morelos y Pavón, quien le resultó un digno adversario.
Pues logró derrotar a Calleja en varias ocasiones, siendo la más conocida de todas, durante el Sitio de Cuautla, mismo que el padre Morelos logró romper, burlando a los realistas comandados por Calleja.
Ya como virrey, Calleja, endureció los ataques contra Morelos, quien tampoco se reunió con él para discutir la manera de consumar la independencia.
El 5 de noviembre de 1815, Morelos fue capturado, y Calleja estuvo a punto de perdonarle la vida, pero se arrepintió al ver que su esposa, la mexicana Francisca del Gándara, sentía admiración por él.
Varios jefes insurgentes, pensaron en atraerse a Calleja a la causa insurgente, e inclusive la organización secreta de los “Guadalupes” trató de convencerlo de que se uniera a ellos, sin embargo, tanta desorganización y sangre derramada, lo hizo rechazar tal invitación.
Félix María Calleja y Agustín de Iturbide, hablaron muchas veces sobre como lograr la independencia de México en forma pacífica, por lo que Calleja le aconseja a Iturbide que llegado el momento propicio, él sea quien consume la independencia.
Así, Félix María Calleja del Rey, dejó su cargo como virrey en 1816, y regresó a Valencia, España. Doliéndose de no haber sido él quien consumara la independencia de México, convirtiéndose en su libertador.
 
								
 
															






