¿Cómo surgió el mito del envenenamiento del Lic. Benito Juárez?
Cádaver del Lic. Benito Juárez a los pies de Agustín de Iturbide, 19 de julio de 1872.
Jesús Vázquez Trujillo
Desde el otoño de 1870, el presidente Benito Juárez García, comenzó a padecer afecciones cardíacas, derivadas de su sedentarismo, así como una dieta rica en grasas, su gusto por el licor, además de su adicción al tabaco.
En las postrimerías de enero de 1871, a los pocos días de haber enterrado a su señora esposa, doña Margarita Maza, Don Benito, fue víctima de un nuevo ataque cardíaco, producto de la tensión y la tristeza por la muerte de su mujer.
Finalmente, don Benito Pablo Juárez García, falleció de “angina de pecho” a las 23:30 horas del martes 18 de julio de 1872.
A partir de entonces, los otrora enemigos de don Benito, los miembros del extinto partido conservador e imperialista, comenzaron a hacer cundir el rumor de que el presidente Benito Juárez había muerto envenenado.
Y más aún porque el féretro de don Benito, fue colocado a los pies del retrato de Agustín de Iturbide.
Esto, a pesar de que, en el parte médico, expedido por el cardiólogo personal de don Benito, el Dr. Ignacio Alvarado, se estableció como causa de la muerte, la “parálisis del Gran Simpático”, una forma de decir que había muerto de un paro cardíaco.
Los detractores de don Benito, establecieron que había sido envenenado por una mujer despechada, durante una recepción.
Este rumor fue continuado entre 1960 y 1970, en las escuelas católicas del país, las cuales utilizaban el libro de historia, escrito por el sacerdote jesuita Joaquín Márquez.
En dicha obra, el presbítero jesuita, sostiene la teoría del envenenamiento de don Benito a manos de una mujer despechada, leyenda que se adjudicaron los pobladores del estado de Querétaro, afirmando que la magnicida llevaba por nombre Leonarda Martínez, y que era oriunda de “La Punta” y/o de San Juan del Río.
Siendo una salteadora de caminos, que se transformó en una “Dama de sociedad” con la finalidad de acercarse a don Benito Juárez y poder envenenarlo.
