Jesús Vázquez Trujillo
“La política debe hacerse con muchos sesos y sí le ponemos huevos son más sabrosos”

A finales de agosto de 1959, a unos días de rendir su primer informe de gobierno ante el pleno del Congreso de la Unión; el presidente Adolfo López Mateos, se enteró de que el diputado de oposición, el panista Carlos Castillo Peraza, lo iba a interpelar en algún momento durante la rendición del Informe Presidencial, por lo cual mandó llamar al también diputado priísta José Ortiz Ávila, para decirle: ¡No quiero que el diputado Carlos Castillo Peraza, diga ni pío! ¡Haga lo que tenga que hacer!
Es por ello que ese 1 de diciembre de 1959, el diputado José Ortiz Ávila, se sentó a lado de Carlos Castillo Peraza y le susurró a la oreja, al tiempo que se desabotonaba el saco y le enseñaba una pistola que traía en el pantalón.
¡Mire compañero, sí usted se atreve a interrumpir al presidente, esta pistola que ve usted aquí le va a interrumpir su vida! ¿Está claro?
Por lo que el diputado Carlos Castillo Peraza, permaneció callado e impávido debido al temor de ser asesinado.
Hasta que al fin se animó a decir: ¡Compañero, permítame retirarme, pues el presidente Adolfo López Mateos está diciendo muchas pendejadas y no tiene caso seguirlo escuchando!
Poco tiempo después, el presidente Adolfo López Mateos, mandó llamar al diputado José Ortiz Ávila a su despacho para decirle.
¡Muy bien diputado, ya supe lo que hizo para mantener callado a Carlos Castillo Peraza!
¡Así se maneja la política, a la cual hay que hacerla con muchos sesos y sí le ponemos huevos, son más sabrosos!
Es por esta acción, que el Lic. José Ortiz Ávila, asumió la gubernatura de Campeche para el sexenio 1960 – 1966.
