Jesús Vázquez Trujillo
Porfirio Díaz detestaba a los Estados Unidos
El 26 de noviembre de 1876, el general Porfirio Díaz, asume por primera vez el mando político del país.
Y su prioridad más importante, consistía en lograr el reconocimiento diplomático de los Estados Unidos, mismos que consideraban a Díaz un aventurero, ambicioso, rebelde y golpista, pues hay que recordar que él asumió el poder tras el triunfo de la Rebelión de Tuxtepec, en contra de la reelección del presidente Sebastián Lerdo de Tejada.
Por esta razón, el presidente Díaz envió a Washington como su primer embajador al licenciado José María Mata, quien llevaba instrucciones de renegociar la deuda externa y abonar un cuantioso capital a la misma, desafortunadamente Washington no aceptó ni la renegociación de la deuda, ni el abono ofrecido por Mata, pues ellos no reconocerían a ningún gobierno emanado de un Golpe de Estado.
Además de que el embajador yanqui en México, John W. Foster, acusaba al gobierno mexicano de permitir y alentar las incursiones de los indios bárbaros en la frontera con Estados Unidos, y por si esto no fuera poco, el presidente Ruthenford B. Hayes, contemplaba la posibilidad de declararle la guerra a México una vez más.
Ante tal panorama, Matías Romero, Ministro de Hacienda, sugirió al presidente Porfirio Díaz, la conveniencia de hacerle ver a los empresarios yanquis, las ventajas y bondades de invertir su capital en nuestro país, a cuya mermada economía le hacía falta ese dinero.
Sin embargo, el embajador Foster armó una serie de intrigas para desalentar a los inversionistas, arguyendo la inestabilidad que privaba en México, pero afortunadamente para nosotros, sus intrigas no dieron el resultado que él deseaba, pues los empresarios vinieron a México, a pesar de las advertencias de Foster, el reconocimiento diplomático al gobierno de Díaz estaba asegurado.
Sin embargo, el presidente Porfirio Díaz, detestaba a los Estados Unidos y por ello se negó a suscribir un tratado de libre comercio, además de aumentarles los impuestos a los empresarios estadounidenses, por encima de los ingleses.
Eso sin contar con que el general Porfirio Díaz, le permitió a la armada japonesa en Bahía Magdalena, además de cobrarles impuestos a los empresarios estadounidenses por el uso del agua del río Nazas, para la operación de la “Tlahualilo Company”.
La animadversión del presidente Porfirio Díaz era tan grande, que por ello inició el concepto del panamericanismo, bautizando varias calles de la ciudad de México con nombres de héroes de la independencia centro y sudamericana.
Además de brindarle asilo político al general José Santos Zelaya, presidente de Nicaragua, derrocado por órdenes de los Estados Unidos.
Además de que el general Porfirio Díaz se negó a todas las peticiones que le hizo su homólogo estadounidense.
El presidente William Howard Taft, en la entrevista que sostuvieron el 19 de octubre de 1909, en el Paso, Texas y Ciudad Juárez, Chihuahua. Respectivamente.