Jesús Vázquez Trujillo
El atragantamiento de Porfirio Díaz

La noche del 31 de diciembre de 1908, se preparó una fastuosa y opípara cena para recibir al año nuevo 1909.
La celebración sería en el Castillo de Chapultepec, que era entonces la “Residencia Oficial Presidencial”, y a la cual habían sido invitados todos los ministros de estado, así como los funcionarios federales de alto rango con sus respectivas familias.
La cena transcurrió en un ambiente cordial, festivo y alegre, hasta que al faltar 10 minutos para las 24:00 horas, todos los comensales se prepararon para realizar el ritual de las 12 uvas, las cuales debían comerse tras cada campanada del reloj, cosa que el presidente Porfirio Díaz, intentó hacer, sin embargo, se “atragantó” al introducirse muchas uvas a la boca.
Los ahí presentes, tuvieron reacciones muy variadas pues algunos tuvieron que contener las risas, mientras que otros, estaban aterrados de que el general Porfirio Díaz, muriera por asfixia.
Sin embargo, doña “Carmelita”, rápidamente se puso en pie y le dio al general unas palmadas en la espalda, para que se le desatoraran las uvas y las pudiera deglutir, como efectivamente y afortunadamente sucedió.
Una vez pasado el susto y ya repuesto, el general Porfirio Díaz bromeó diciendo: ¡Todavía, tienen presidenta para un largo rato!







