Leticia no murió, a Leticia la mataron
Daniella Giacomán
Hace una semana, Leticia fue asesinada a plena luz del día, a la vista de todos, mientras estaba formada en la fila para cobrar la pensión de su madre en una sucursal del Banco del Bienestar.
No fue asesinada por un desconocido ni por “error”; quien acabó con su vida fue su expareja, quien no toleró un “no”.
Pero como estamos inmersos en tantas cosas, olvidamos a Leticia. No nos importó que a una mujer le hayan arrebatado la vida frente a todos. Ella iba acompañada de su madre, de 90 años.
¿Le parece que estoy narrando una película? No. Esto ocurrió en Monclova, y desde entonces he estado pensando en eso.
Me molesta, me incomoda, me da rabia. Me duele en el alma recordar esas consignas que gritábamos apenas en la marcha del 8 de marzo: “Ni una más”, dijimos varias veces.
Y pareciera que de nada sirve, que desgraciadamente habrá más Leticias, y seguiremos sin entender. ¿De qué sirven tantas promesas, tantos protocolos, tantos programas, tantos proyectos, si siguen matando mujeres?
“Señor, señora,
no sea indiferente,
se mata a las mujeres
delante de la gente”.
¿Y qué pasó después? Ni un minuto de silencio, ni una marcha, ni una protesta, ni una indignación que valiera la pena.
Leticia fue asesinada por un hombre que no toleró el rechazo. Un hombre que decidió que, si no podía tenerla, entonces sí podía matarla.
No quisiera que su historia se archive como una nota roja más. Quiero que nos duela, que nos arda, que nos incomode tanto que no podamos seguir como si nada.
Leticia no murió. A Leticia la mató el machismo, la indiferencia y este país que sigue sin escuchar nuestros gritos… pero se “incomoda” con las pintas en las paredes.