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La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de prohibir el derecho al aborto sacó este viernes a las calles a miles de manifestantes que advertían “quítennos nuestros derechos y desobedeceremos”.
Unas 1.000 personas cantaron y sostuvieron pancartas frente a la Corte Suprema denunciando la acción de los jueces.
Aproximadamente 1,000 manifestantes adicionales se reunieron para una marcha que comenzó a media milla de la Corte Suprema en Union Station, y la alcaldesa Muriel Bowser, D, habló en una oficina de Planned Parenthood en el Distrito para denunciar la decisión.
El viernes por la noche, una pequeña banda de manifestantes tocó tambores y cantó en la entrada del vecindario de Fairfax Station del juez Clarence Thomas, que estaba custodiado por un par de patrullas de la policía del condado de Fairfax.
Poco después de las 7 pm, la multitud de Union Station se unió a los que ya estaban reunidos en la Corte Suprema. “Este es un día terriblemente triste”, dijo Brittany Riggle, una científica de 35 años que vive en Rockville, Maryland, y que había marchado desde la estación de tren. “Pero es alentador ver salir a todas estas personas”.
En Nueva York, mayoritariamente jóvenes, y sobre todo mujeres, reclamaron su derecho a decidir sobre su cuerpo. “Mi cuerpo, mi elección”, se repetía como un mantra entre las asistentes, muchas con pañuelos verdes, símbolo de la lucha a favor del aborto que nació en Argentina y se extendió por todo el continente, para exigir este “derecho humano”.
Las pancartas improvisadas escritas en un trozo de cartón o una hoja de papel y las diferentes convocatorias a manifestar primero en Unión Square, más tarde en Washington Square y para concluir una tercera de nuevo en Union Square, muestra la sorpresa que causó, no por menos esperada, la decisión de la Corte Suprema, que por 6 votos a favor y 3 en contra borró de un plumazo el derecho del que habían gozado las ciudadanas de este país durante medio siglo.
Se podía sentir la rabia y la impotencia de una generación que se siente cada vez más alejada de unos jueces que, aseguran, no la representan. “Pro armas + Pro vida = hipócritas”, se podía leer en una pancarta en alusión a la decisión de la víspera, también de la Corte Suprema, de echar abajo una ley centenaria del estado de Nueva York que exigía un permiso especial para llevar armas en público.
En Chicago, un funcionario de Planned Parenthood, hablando con cientos de manifestantes en Federal Plaza, predijo que su estado pronto vería una afluencia de personas de los estados más conservadores del Medio Oeste que buscan abortos.
En Legislative Plaza en Nashville, Paula Foster, una trabajadora social de 58 años, expresó una preocupación generalizada: que la Corte Suprema, habiendo eliminado las protecciones de Roe, eventualmente revocará sus protecciones para el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Estoy legalmente casado y con una mujer maravillosa”, dijo Foster. “Me temo que ya no podré tener esa protección”. Pero Foster no solo temía por sí misma. Tiene dos niñas, de 11 y 13 años. “Tengo miedo por ellas y por el mundo en el que van a crecer”, dijo.
Hasta el viernes por la noche, al menos siete estados habían prohibido el aborto: Alabama, Arkansas, Kentucky, Luisiana, Misuri, Oklahoma y Dakota del Sur.
Estados gobernados por los demócratas, como Nueva York, California, Oregon o el estado de Washington, han prometido que se convertirán en “santuarios” para las mujeres que deseen abortar.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, fue la primera en denunciar el viernes el “retroceso de los derechos de millones de estadounidenses” y prometió incluso “invertir 35 millones de dólares para facilitar el acceso a los servicios para abortar”.
“¿Qué viene ahora? La contracepción, el sexo entre homosexuales, el matrimonio del mismo sexo? Ellos deciden”, advertía otra pancarta haciéndose eco del temor de los tres magistrados progresistas del tribunal, que advirtieron que el fallo “pone en peligro otros derechos a la privacidad”, un temor avivado por el llamamiento de uno de los jueces conservadores, Clarence Thomas, a reabrir estos expedientes.
También, las mayores corporaciones de EEUU reaccionaron el viernes a la decisión de la Corte Supreman de Justicia de revertir el fallo Row v. Wade, abriendo la posibilidad de que muchos estados del país prohiban las interrupciones del embarazo.
En una ola de anuncios, compañías que van desde Disney, Netflix, Apple, Amazon hasta JPMorgan, entre otras, anunciaron que tomarán medidas para garantizar que sus empleadas puedan acceder a este servicio sanitario, que estaba vigente en el país desde 1973.
(Con información de Infobae)