Redacción|LaOtraPlana.com.mx
Ciudad de Mexico, Mexico.- Las tensiones económicas entre Estados Unidos y sus socios comerciales están marcando un punto de inflexión en el orden global, y México corre el riesgo de quedar atrapado entre una potencia en declive y un nuevo eje de poder internacional si no redefine de inmediato su estrategia comercial y de política exterior.
Edmundo Enciso, presidente de la Comisión de Nearshoring y Comercio Exterior de la Coparmex Ciudad de México, advierte que nuestro país “no puede seguir actuando como si el siglo XXI tuviera las mismas reglas que el siglo XX porque el modelo de subordinación comercial y diplomática con EU está agotado y, ahora, el proteccionismo, los aranceles y las deportaciones masivas afectan directamente al empleo, a las remesas y a la industria exportadora mexicana”.
De acuerdo con el análisis del contexto internacional que realiza el también agente aduanal, la política comercial de Estados Unidos se ha vuelto cada vez más unilateral y punitiva, debido al debilitamiento estructural de su economía y el ascenso de los BRICS como contrapeso global, como también lo ha señalado el economista Richard Wolf, quien en una visión más profunda anticipa la caída del imperio estadounidense.
Los aranceles impuestos —o incluso anunciados como amenaza— al acero, al sector automotriz o a productos agrícolas, están teniendo efectos devastadores sobre las cadenas de valor en América del Norte, lo que sumado al endurecimiento migratorio y la deportación masiva de trabajadores mexicanos, está desestabilizando comunidades enteras, recortando remesas y colapsando el empleo local.
“Se está afectando la médula de nuestra economía”, advierte Enciso, quien explica que el sector exportador y el flujo de remesas que representó más del 17% del PIB mexicano en 2024, está en declive. “Nos están devolviendo trabajadores para los que no hay empleos, mientras se destruyen los empleos que sí existían en la industria de exportación”, explicó Edmundo Enciso.
De acuerdo con Wolff, los países BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica e Indonesia) ya representan más del 50% de la población mundial y el 35% del PIB global, superando al G7. Las potencias emergentes, afirma, están ofreciendo condiciones de inversión, infraestructura y financiamiento que compiten de forma real con los organismos tradicionales dominados por Occidente.
“México tiene una oportunidad histórica para diversificar sus alianzas, y no se trata de romper con Estados Unidos, sino de equilibrar nuestra relación y desarrollar una política exterior autónoma, que ponga los intereses de México al centro”, dijo el agente aduanal Edmundo Enciso.
Así, desde la Comisión de Nearshoring y Comercio Exterior de la Coparmex CDMX propone una estrategia nacional de comercio exterior con visión geoestratégica a partir de cinco ejes, para reposicionar a México en el nuevo orden económico global:
1. La diversificación de socios comerciales, fortaleciendo vínculos con Asia, África y América Latina.
2. Una política industrial activa que promueva clústeres regionales, cadenas de valor y empleo de calidad.
3. El aprovechamiento estratégico del nearshoring, con infraestructura logística moderna y una política fiscal competitiva.
4. Una diplomacia económica eficaz, que proteja a México de medidas punitivas y arbitrariedades.
5. El desarrollo del talento nacional, con educación técnica y superior orientada a sectores estratégicos.
“Si México no toma decisiones valientes y de largo plazo, quedará atrapado entre un Estados Unidos en declive que impone sanciones y un nuevo orden global que no terminaremos de entender ni de aprovechar. Hoy, en este momento, con un escenario político y económico mundial convulso, no podemos darnos ese lujo”, concluyó Enciso.