jueves 4, julio, 2024

MERCERIA

LA VIOLENCIA NUESTRA DE CADA DÍA

Sandra Sierra Limones

  • En Torreón, unas jóvenes víctimas muy valientes, se inmiscuyen en grupos de telegram donde se comparte, reparte, vende y se usa como moneda de cambio material de contenido sexual de mujeres sin su consentimiento. Ellas hicieron incluso transacciones económicas por material pornográfico donde hay menores de edad con el objetivo de obtener más pruebas que les permitieran obtener justicia. Acudieron a la policía cibernética que las mandó a pronnif, pronnif las mandó a la fiscalía, y en la fiscalía les dijeron que necesitaban a ocho mujeres que se interesaran por denunciar para poder abrir una carpeta de investigación. Otra mujer que es acosada por redes sociales para que envíe más material pornográfico con la amenaza de que si no lo hace el que ya obra en poder de los delincuentes será compartido a toda su familia y sus diversos círculos de amigos. Cuando esta mujer fue a pedir ayuda del ministerio público, pero como no pudo dar el nombre completo de su acosador cibernético, le dijeron que no se podía hacer nada.
  • En Torreón, matan a una joven mamá de 19 años. A la edad en que los sueños se vuelven realidad, a los 19 uno debe reír a carcajadas y sentir que todo se puede lograr.  María Fernanda no perdió la vida: se la arrancaron ferozmente, sin piedad, con un odio profundo: A Marifer la asfixiaron, le ahogaron sus planes y sus ilusiones, y dejaron a toda una generación expuesta y adolorida: a una niña que queda huérfana a la edad que más se requiere la madre con sus cariños, a una madre que no sabe a quién dirigirle sus abrazos y que sentirá el vacío y el hueco hasta el último día de su existencia, pero que tiene, dice el Gobernador, porque ya agarraron al feminicida. Es el quinto feminicidio en nuestra tranquila y pacífica ciudad.
  • En la parte de Durango, la Alerta de Violencia de Género, no nada más no avanza, sino que retrocede.  No lo digo yo, lo dice el grupo Interinstitucional y Multidisciplinario conformado para tal fin. Medidas que estaban en proceso de cumplimiento o parcialmente cumplidas, regresan a no cumplidas por la falta de entendimiento de un Gobierno que ha tenido ya tiempo para todo, menos para entender que las mujeres en Durango que no necesitan tarjetas, necesitan políticas públicas y presupuesto.
  • En Durango también, en una mina, las mujeres se debaten entre buscar justicia a la violencia laboral que están viviendo o mantenerse calladas para mantener el empleo que tanta falta les hace. La Secretaría del Trabajo es virtualmente inexistente, y piden a gritos apoyo para poder trabajar sin miedo a perder incluso la vida ante el acoso permanente en el que han vivido. Ninguna mujer merece trabajar en esas circunstancias.

Así es la realidad, así es la violencia nuestra de cada día.

Así es el silencio, la omisión, el desinterés.

Así es como vivimos las mujeres en La Laguna, mientras vivimos.

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