Vota…
Sandra Sierra Limones
En términos políticos, soy una romántica irredenta. He tratado de cambiar, pero no puedo.
Sucumbo a las historias de lucha, de disidencia, de morir por una causa, me enamoro hasta el tuétano de las personas capaces de ver por las siguientes generaciones y no por las siguientes elecciones.
Ahorita, que todos mueren por tan poco, me enamoro más de la figura de Morelos cuando dijo que no quería ser el presidente, sino el siervo de la nación, y consideró que «morir es nada, cuando por la patria se muere»
Desde niña, muero de amor por Guillermo Prieto, entre otros de esa generación de la Reforma, que defendió con su cuerpo a Juárez mientras les gritaba a los que lo iban a matar: «los valientes no asesinan» con el gran riesgo de que no fuera nada más un muerto, sino dos.
También tengo en mis quereres a Villa, cuando en la Convención de Aguascalientes en aras de la unidad, renuncia a cualquier cargo, siempre y cuando Carranza, (que era lo mismo, pero disfrazado de nuevo) tampoco los tuviera. Es más, sereno y mesurado como era, Villa propone que los fusilen a los dos (a él y a Carranza) con tal de que los mandos pudieran unificarse y la revolución irse a cauces de paz.
Ya en los tiempos modernos, me enamoré de Luis H. Álvarez (y eso que no es mi tipo) cuando no logré responderme qué hacía una persona privilegiada, blanca y bonita poniéndosele a las patadas a Adolfo López Mateos, siendo candidato a presidente por parte de la oposición, me imagino que perdió mucho, y pienso en nosotros, que no podemos perder un domingo para ser funcionarios de casilla. Luis H. Álvarez sabía que iba a perder, pero estaba sembrando… lástima que se perdió la cosecha…
También sentí mariposas en el estómago con el Manuel Espino que cerraba los puentes internacionales y terminaba detenido, con tal de dar a conocer los fraudes electorales del partido de sus amores.
Por supuesto la izquierda me ofreció de quien enamorarme: me imaginé siempre a Heberto Castillo candidato a Gobernador, con su brigada de tres llegando a los municipios veracruzanos, sin nada, más que sus ideas… ahora las campañas tienen TODO, menos ideas, y tomando en cuenta que Valentín Campa era de Torreón, no entiendo porque Dios no nos unió en tiempo y en lugar… porque encantada iba a ser su rielera en los tiempos de la huelga nacional de los ferrocarrileros.
El último año he pensado mucho como un muchacho comunista, y ser comunista es como ser feminista, tienes que ser 100% puro, porque las expulsiones en aquellos tiempos, y las funas en estos están a la orden del día, se atrevió a hablar de concertación, de convergencias, de dejar a un lado los egos y construir lo colectivo con tirios y troyanos como lo hizo Evaristo Pérez Arreola.
Admiro a todas las mujeres que hicieron que su voz se escuchara antes de las cuotas y la paridad: siento una admiración absoluta por Beatriz Paredes, Ifigenia Martínez, Elvia Carrillo Puerto, Griselda Álvarez… no me cabría el espacio para mencionarlas a todas y también me las imagino incomodando, jodiendo, fastidiando, me imagino a la familia pidiéndole a Dios que les sacara del cuerpo esos pecados de luchar por la equidad y la democracia, y me imagino a los señores pensando para sus adentros… ¿qué hace esta vieja aquí?
El voto costó una revolución, que las mujeres votáramos costó otra, que los jóvenes pudieran votar a los 18 también costó sangre… ¿que nos pasó? ¿en qué momento la política se volvió de unos cuantos? ¿en qué momento dejó de interesarnos lo que nos afecta a todos y a todas?
Yo no te voy a decir por quién votar, porque creo que ha habido señales, pero te pido que votes con toda la voluntad de pensar en el futuro, que votes temprano, que votes feliz, que no preguntes que te van a dar, porque a la patria se le da… vota porque somos más los buenos, vota porque todos y todas queremos lo mismo, un mejor lugar para nuestros hijos y espacios de paz, vota porque recobremos la esperanza, vota por proyectos donde quepamos todos y todas, vota por quien piensa en los y las más vulnerables, pero como personas, no como objetos o mercancía electoral.
Vota por quien te haya demostrado que quiere a tu país, a tu estado o a tu municipio como lo quieres tu. Vota por convicción, no por conveniencia, vota porque esto cuesta mucho dinero, y lo estamos dilapidando, pregúntale a tu abuela a que edad votó ella, indaga, investiga porque este divorcio entre ciudadanía y políticos nos está haciendo mucho daño.
Vota si estas enojado, vota si estás contento, demuestra ahí ambas cosas, vota si estas decepcionado del amor, o enamorado, vota si no tienes nada, y vota si lo tienes todo. Vota, porque tu voto, cuenta igual que el del señor encumbrado… y nomas en esto pasa, que todos valgamos lo mismo.
Vota si tienes ganas, vota si estas desganado, vota si quieres un cambio o si quieres continuidad, vota… porque es de lo poco bueno que tenemos.
Carajo, vota… y luego, luego discutimos de todo lo demás.