¿Casualidades o diosidades?
Raúl Adalid Sainz
Recuerdo al año 1993 como un comienzo de año muy difícil. Al cerrar 1992 había perdido hasta la camisa con una obra en el DF que tuvo magníficas críticas, pero malos resultados económicos: «Fugitivos», de Víctor Hugo Rascón Banda, dirigida por Raúl Zermeño.
Me quedé en ceros más redondos que una plaza de toros. Me fui a trabajar a Torreón buscando rehacerme para retornar a México. Ya en la Laguna, fui a visitar al «Teatro Mayrán», como al mediodía. Me llamó la atención que había movimiento de albañiles y arreglaban la parrilla de luces.
Días antes había hablado con el joven Víctor Kaim, lagunero de origen libanés, amante de la actuación, con un talento en ciernes, con la idea de que consiguiéramos recursos para montar «El Zoológico de Cristal», de Tennessee Williams.
En el Teatro me encontré con el Doctor Garibay, dueño del teatro. Le platiqué lo que pretendía, mi idea de montar «El Zoológico de Cristal», y me dijo: «qué te parece si yo la produzco, y celebramos con esa obra la reinauguración del teatro».
Me decía que el ayuntamiento le dispensaba el honor de que ahora el teatro llevaría su nombre. Me encantó la idea. El Doctor me conminó a que eligiera el elenco, conocía muy bien la obra, era un adorador del teatro norteamericano.
Me dijo: «el único favor que te voy a pedir es que el papel de «Laura», se lo des a Elvira Richards, no sé si la conozcas, es muy buena actriz. Así lo hicimos. El elenco fue: Consuelo González Garza, Víctor Kaim, Elvira Richards y Rodolfo Haro.
La escenografía en su diseño la hizo Jorge Méndez Garza, la construcción de la misma fue de Luis Enciso, el vestuario y ambientación del querido Raymundo González. Un texto muy querido que me di el gusto de dirigir.
Ensayamos por espacio de siete meses, un mundo, tomando en cuenta que el teatro amateur no te paga y cada quién tiene sus ocupaciones centrales. Me gustó el proceso. Quedé contento en cuanto a la dirección actoral y manejo de espacio.
El aspecto ilusorio de un sueño vivido (por el personaje de Tom, quien es la voz y la memoria de Tennesse Williams) por momentos se conseguía. Las actuaciones me gustaron mucho. Una área que me encantó fue la musicalización. Ambiente con música bellísima norteamericana de la época (años cuarentas).
El reestreno del teatro se dio en septiembre de 1993, a partir de esa fecha el teatro se llama «Alfonso Garibay». Muy merecido. El nombre lleva implícito el sueño de un hombre que construyó ese espacio para que el arte escénico fuera un vehículo de comunicación para los laguneros.
La obra duró treinta y cinco funciones. Un logro para provincia. Por cierto, «El Zoológico de Cristal», no sólo me hizo dirigir a Elvira Richards, sino que a la postre unimos nuestras vidas.
Esa obra nos hizo conocernos. Este 24 de julio del 2023 cumpliremos 25 años de estar unidos. Hoy Elvira es una de las más celebradas directoras de casting y representante de actores en la Ciudad de México. No son casualidades son diosidades, diría el buen amigo actor Jorge Lavat, QEPD.
En la foto están quienes fueron parte de ese entrañable equipo. En la parte inferior: Consuelo González Garza QEPD, Elvira Richards, en la parte de en medio: Rodolfo Haro, Víctor Kaim y Luis Enciso, en la parte superior: Jorge Méndez Garza, Raymundo González, y Raúl Adalid.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan