sábado 14, diciembre, 2024

MÁXIMA PARADOJA HUMANA INSUPERABLE

Luis Alberto Vázquez Álvarez

“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

Publio Flavio Vegecio (Siglo IV)

En el poema épico más largo de la literatura universal, el Mahabharata (Siglo III a.C.), poco antes de entrar en la batalla de Kurukshetra (3,102 a.C.), entre los Pandavas y los Kaurabas, (primos entre sí), Aryuna, líder de los primeros, llora por los que van a morir, observa a sus soldados, su pueblo, amigos todos y ve entre las tropas enemigas a tíos, primos y amigos entrañables de la niñez.  Se pregunta si realmente valdrá la pena matar a sus allegados para el bien del reino. Entabla una charla muy fuerte con el dios Krishna que será su auriga en la guerra, este le explica que el cumplimiento del deber moral tiene preferencia sobre cualquier otro propósito, ya sea espiritual o material en esta vida y lo insta a luchar por lo correcto.

El diálogo entre ambos acerca de los temas involucrados en la guerra ―el valor, el deber del guerrero, la naturaleza de la vida humana y el alma, así como el papel de los dioses― conforman el argumento del Bhagavad Guitá, uno de los episodios claves en dicha epopeya.

Muchos seres humanos cantamos a la guerra y vamos ufanos a ella; las madres espartanas entregan a sus hijos el escudo y les decían, “Vuelve con él o sobre él” estimulándolos al combate. Pero también soñamos con la paz. Esta ha sido la más terrible paradoja de la humana existencia, ya el padre de la historia, Heródoto nos comentaba “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba.”  Pero el poeta lírico griego Homero insta diciendo: “Los hombres se cansan antes de dormir, de amar, de cantar y bailar que de hacer la guerra.”

Ahora mismo los humanos “civilizados” del siglo XXI estamos encarando a este contrasentido en diferentes frentes, todos propicios para una conflagración mundial de enormes proporciones:  Europa, independientemente de la actual guerra Rusia-Ucrania, vive un precipicio de caos político y económico que va rumbo a la división de su elegante unión y podría terminar no solamente en separación, sino confrontación por intereses ajenos incluso a ellos mismos, por lo pronto varios gobiernos “demócratas” caerán en estos días como ya sucedió en la Gran Bretaña tras su salida de la UE; su pérdida es debido a medidas imprudentes como establecer aranceles altos a China, eso los está debilitando ya que mientras  los orientales innovan los occidentales se desesperan y toda exasperación concluye con violencia.

La llegada de Trump al poder de Norte América y sus amenazas al mundo entero están causando problemas entre potencias comerciales y hasta sus posibles aliados; China le suspende compras agrícolas, en especial soja, y amplía la guerra comercial entre USA y el BRICS incorporando a él a otros países latinoamericanos.

Históricamente toda contienda bélica se ha iniciado por conflictos comerciales (Troya: nada del rapto de Helena, lo importante era el tránsito de productos griegos al mar Negro; incluso las Cruzadas: ¿cuál rescate de los lugares santos?  Recuperación de la ruta de la seda entre Europa y Asia), Ah, pero el mercantilismo busca disfrazarse de romanticismo.

Hoy Europa se congela por carencia del gas caro gringo; sus aerolíneas están colapsando por no cruzar por Rusia hacia Asia y eso dispara gastos y precios, beneficiando a las empresas aeronáuticas asiáticas. Aquí en México los vox-prianistas quieren que algo idéntico suceda para ver si así logran recuperar parte del botín político y económico perdido. En sus falsas prédicas políticas quieren provocar enfrentamientos de México con Estados Unidos, Canadá o con quien sea, incluso pidiendo a Inglaterra que intervenga en México, ya no solo a EUA, OEA u ONU, desesperados están porque suceda un grave conflicto al interior de México.

Concluyo con dos frases de personajes históricos magníficos: “Jamás penséis que una guerra, por necesaria o justificada que parezca, deja de ser un crimen.” Ernest Hemingway y “La paz más desventajosa es mejor que la guerra más justa.” Erasmo de Rotterdam.

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