miércoles 22, enero, 2025

‘Marcello y Sofía’. ‘Historias de Actores’

Una Giornata Particolare (Un Día Especial) Inmemoriam a un gran maestro del cine: Ettore Scola

Raúl Adalid Sainz

La soledad, la exclusión, el amor sacrificado, los sueños robados, la incapacidad de ser, la opresión social y política que nulifica. Estos son los vuelcos emocionales que viven Antonietta (Sophia Loren) y Gabriele (Marcello Mastroianni). Un día particular estos dos seres se encuentran y destapan el frasco de sus sentimientos, de sus deseos soterrados.

La película comienza un seis de mayo de 1938, fecha en que el Führer alemán Hitler visita Roma. Se encontrará con Mussolinni.

Tiempos del crudo fascismo en Italia. Toda la familia de Antonietta, su marido y sus seis hijos saldrán al desfile político y militar. Ella se quedará a despachar sus labores del hogar. Al quedarse sola, el ave doméstica de la familia (Rosamunda) huye por la ventana y se posa en la cornisa del departamento de Gabriele, él la ayuda a recuperarla. Gabriele no asistió al desfile, ha sido despedido de la radio de su trabajo de locutor. Está en graves problemas de depresión.

Entre los dos se inicia un cálido encuentro, un compartir sentires, recuerdos. Poco a poco van rompiendo el hielo y cuentan aconteceres de vida que los revelan; poco a poco se dan cuenta que son dos almas solitarias. Él la hace reír, despierta a la mujer llena de sueños, resucita su capacidad erótica dormida, ella súbitamente lo besa y él no responde. Ella se sorprende al confesarle Gabriele que es homosexual, Antonietta se ofende, y él le grita y reprocha que si hubiera preferido de su conducta una respuesta ruda, la de un macho en celo que la hubiera poseído salvajemente. El sufre un ataque de cólera, se siente vulnerado.

Ella lo busca en su departamento y le pide disculpas y al conversar surge en ellos un acercamiento sexual, ella prácticamente lo seduce, lo acaricia, de la manera más tierna y bella que una mujer puede hacer contacto con un hombre. Él poco a poco cede y vive la catarsis amorosa. Por un momento han sido libres. Ella se siente mujer autónoma. Ha sido un ser propiedad de un hombre que sirve al fascismo, a las convenciones sociales: tener hijos y ser una servidora de ellos y del marido. Gabriele ha sido despedido de la radio por su condición homosexual, condenado por el sistema y por la sociedad. Visto como un depravado.

Ésta es en términos generales la anécdota. La grandeza de Ettore Scola es como la cuenta. En el detalle sutil de las emociones. La cámara narra la soledad de los personajes. Su mundo. Una banda sonora radial es el eco del desfile. Un locutor narra solemnemente y heroicamente los acontecimientos entre el pueblo y los jerarcas marciales.

Todo este formalismo enmarca el encuentro entre dos seres humanos solos en ese departamento que se ha vaciado, todos quieren ser parte del evento. Al término del desfile sus moradores vuelven llenos de júbilo. Antonietta retorna a su rutina de servidora doméstica y sexual de su marido. Gabriele es acompañado por dos oficiales fascistas que lo llevarán al exilio fuera de las normas del «buen vivir».

Antonietta ve por su ventana a la de Gabriele, él es el sueño de una mujer romántica. Durante la comida familiar, todos hablan del desfile, ella está ausente. Ve directa hacia la cámara, los ojos amielados de la Loren proyectan todo un mundo de emociones, son también cuestionantes para el espectador. Gran crítica emotiva, y que señala un mundo por parte de Scola.

Ella termina leyendo un fragmento de la novela que Gabriele le regaló «Los Tres Mosqueteros». Apaga las luces y se dirige a su recamara. Volverá a su rutina. Sin embargo, ese día de desfile patriota militar, ella vivió junto con el sueño quijote llamado Gabriele: una jornada particular, un día especial.

Gran película. Una sátira a las convenciones. Una crítica sutil, inteligente y sensible, al mundo de normas e intolerancias del ámbito social y de aberrancias políticas. Sólo el amor, el ser auténticamente, nos puede salvar. La Loren y Mastroianni universalmente soberbios. Entrañables. En una sensible química actoral inolvidable y conmovedora.

¡Scola, un maestro perpetuo del cine universal!

PD: En mi estadía en Roma, a finales del mes de diciembre del 2024, recordé mucho esta película. Quizá porque la presencia de Marcello me era muy presente. Reviví ese presentimiento y gusto enorme hacia esta película que se ha escenificado en el teatro. Ettore Scola fue el primero en adaptarla y dirigirla en teatro en 1983. Confieso que es un sueño hacerla como actor. Visualizo ya quien pudiera ser mi compañera escénica, y quien el director. Si alguien sabe de alguna adaptación del guion de esta película al teatro, le agradeceré el dato.

Hasta ese momento entonces. Será toda una Giornata Particulare, un día muy especial, realizar esa aventura. Así comienzan los sueños.

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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