lunes 16, septiembre, 2024

Magdalena Briones: un espíritu incansable

 

 

Adriana Vargas 

 

El ímpetu de Magdalena Briones Navarro (1926-2022) fue admirable, en sus inicios en la danza ella fue autodidacta, después viajó para prepararse en España, realizó giras por varias ciudades de la república y después se dedicó a estudiar sociología, a ser maestra y activista ambiental.

 

 

Su espíritu fue incansable, a ella le tocó vivir en una época en la que, según sus propias palabras, no era bien visto que las jóvenes migraran de la ciudad a estudiar una carrera profesional. Aún así nunca dejó de prepararse y de transmitir sus ideas a los demás, ya sea en la universidad o en sus columnas en la prensa local.

 

Magda Briones nació en septiembre de 1926 en la Ciudad de Durango, pero a partir de los dos años radica en Torreón. Desde adolescente comenzó a bailar algunas danzas españolas inspirada en las fiestas de Covadonga en La Laguna. Fue la creadora de sus propias coreografías y autodidacta hasta que, a los 24 años viajó a España a estudiar formalmente.

 

Fue maestra de Pilar Rioja, formó una academia y un ballet que recorrió varias ciudades con enorme éxito, incluyendo la Ciudad de México. Alrededor de los 32 años, se retiró. Empezó a estudiar sociología en la UNAM, pero lo que realmente deseaba era estudiar medicina.

 

“Toda la vida quise ser médico, pero aquí no había escuela, ahora la universidad la tiene cualquiera, pero en esos tiempos no me iban a dejar ir a Guadalajara o a la Ciudad de México”, compartió en una entrevista.  

 

Ella “no sabía bailar ni de agarrado”, contó Magda. En la Covadonga el señor Aranzábal la sacó a bailar “yo veía como saltaba él y yo saltaba también, me pasé todo el año insistiendo en dos o tres cosas que vi, me piqué, escuchaba música todo el santo día, inventaba más y más (…) la danza me electrocutó, estaba cautivada”. 

 

Además de bailarina, ella fue dramaturga, articulista y pintora. Fue la primera directora de la Casa de la Cultura de Torreón, maestra de tiempo completo en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Coahuila, también una importante activista ambiental. Ella siempre hubiera querido tener una educación formal en todas las áreas.

 

«No digo que nadie me ha enseñado, después tuve oportunidad de ir a México, me tocó estar tres años en España, aprendí muchas cosas y muchas rutinas, pero las castañuelas ya las llevaba por mi cuenta”. 

 

En Torreón sus danzas empezaron a gustar de inmediato, la llamaban para bailar en la Cruz Roja, Casa del adulto mayor, en escuelas, etcétera. Recorrió varios escenarios laguneros y varias ciudades del país.

 

Como dramaturga, también dejó huella. Aunque en su opinión, ella misma no fue demasiado profesional en teatro, sus obras llegaron a estar más de un mes en cartelera. Por ejemplo “Hipótesis”, dirigida por Rogelio Luévano, “A veces es nunca más” montada por el director Jorge Méndez y “La crisis”.

 

Fragmento del capítulo “De musas a creadoras” publicado en el libro Grandiosas: ensayos sobre género e historia de las mujeres en Torreón. De Adriana Vargas y Carlos Castañón

Foto: Tomada del Facebook de Rafael Nájera Peña.

 

• Adriana Vargas es periodista cultural, actualmente es directora del portal cultural La Vereda.

 

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