lunes 20, enero, 2025

Lunes azul

Enrique Martínez y Morales

El lunes azul, o “blue Monday” en inglés, como se le comenzó a conocer al tercer lunes de enero, es definido por algunos como el día más triste del año. Como ese lunes en algunas ocasiones cae en mi cumpleaños, me dio curiosidad y me di la tarea de investigar más al respecto.

Para validar esta teoría hay incluso una ecuación que pudiera acreditarla. Claro, algunas de las variables son subjetivas y otras son distintas para cada persona, según sus circunstancias personales.

Hay que reconocer, sin embargo, que sí existen algunos hechos generalizados que pudieran confirmar la presencia de una mayor congoja ese día. Por ejemplo, que ya pasó el ánimo festivo navideño y la ilusión del año nuevo, en el que seguramente hicimos algunos propósitos y nos comprometimos con ciertos hábitos que, según datos estadísticos, justo en esas fechas comenzamos a abandonar.

Es el periodo también en el que suele llegar el estado de cuenta bancario o de la tarjeta de crédito que incluye la compra de regalos y gastos decembrinos, y el darnos cuenta de que no utilizamos sabiamente nuestro aguinaldo puede generar preocupación y desasosiego.

Es la fecha en la que debemos pagar impuestos, derechos, contribuciones, membrecías, inscripciones anuales, entre muchas otras. Las empresas hacen ajustes inflacionarios. La cuesta de enero se percibe pronunciada e interminable.

El clima es frío con regularidad, nublado en muchas ocasiones, lo que favorece sentimientos depresivos que nos pegan a la cobija y hacen que levantarnos de la cama sea toda una proeza.

Todas esas circunstancias se agudizan en un lapso, digamos, de una semana. Y como el lunes es el día menos popular de los siete en el subconsciente colectivo, los promotores de esta teoría le asignan la mayor tristeza semanal.

Más allá de la veracidad o no de la teoría detrás del “blue Monday”, la realidad es que después de la pandemia del Covid la sociedad padece más trastornos emocionales relacionados con la salud mental.

Cuando conocemos las causas de nuestros sentimientos es más fácil administrarlos. Cuando sabemos que la tristeza es temporal, circunstancial y, sobre todo, generalizada, es más sencillo sobrellevarla y combatirla.

La cercanía con nuestra familia, el diálogo con nuestros seres queridos, la búsqueda de un sentido a nuestra vida y el apego a la religión, son factores que mitigan la tristeza y los sentimientos de soledad. Si eso no funciona, siempre existe la ayuda profesional a la que podemos acudir.

La vida es un regalo y hay que vivirla felices. Iniciemos el año con optimismo sabiendo que, con excepción de la muerte, todo tiene solución.

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