Luis Alberto Vázquez Álvarez
“La historia se repite, primero como tragedia, después como farsa”. Carlos Marx.
Creo que la historia jamás se repite, pero existen periodos cíclicos que parecieran ser similares, en México lo paradójico es que por tres siglos han ocurrido hechos análogos justo en los mismos años de dichas centurias: 23 y 24.
- Antonio López de Santa Anna proclama el Plan de Casamata con el que obliga al emperador Agustín I a abdicar; se crea un vacío de poder que llenan los liberales Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete con un triunvirato que convoca a un congreso constituyente para establecer una república popular y en noviembre se instala con solemnidad.
1824, Se emite el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana que establece las bases fundamentales para una Constitución Federal que se promulga ese 24 de octubre. Primeros dos años fundamentales para nuestra patria.
- Concluida la Revolución Mexicana, asesinado el primer presidente surgido de la Constitución de 1917, ocupa el poder Álvaro Obregón y este año inicia una lucha frontal por el cargo de presidente de la república. Adolfo de la Huerta, miembro del triunvirato sonorense con Obregón y Calles, quiere repetir en el puesto que había ostentado por solamente seis meses. Suma caudillos como Villa y Buelna, ambos asesinados (junio del 23 y enero del 24), inicia una revuelta que fracasa y huye dejando el campo libre para que Plutarco Elías Calles ascienda al cargo.
- Calles crea el moderno estado mexicano que por 94 años se caracteriza por tener sucesiones continuas y tranquilas; acabando brutalmente a los disidentes (Francisco Serrano y Arnulfo R. Gómez, 1927). Dando paso a un periodo de alta corrupción, millonarios sexenales, salarios de hambre, pensiones miserables, grupos vulnerables agraviados, obras carísimas inconclusas, servicios públicos de salud y educación pésimos; fingidos partidos políticos opositores realmente subalternos y control absoluto de los medios de comunicación.
2023. Preámbulo de la elección más grande de la historia de México. Año de cambios radicales, por primera vez se asegura la posibilidad que una persona del sexo femenino se convierte en la primera mandataria del país.
Un gobierno que insiste en procurar la justicia social es duramente criticado por los defenestrados del erario y partidos políticos antes enemistados por principios ideológicos y visión diferente de nación, ahora unen sus odios y se conjuntan desesperadamente cambiando continuamente su denominación debido a incredulidad y burla ciudadana. Casi cada mes estrenan apelativos tan burdos como falaces. Para encontrar sus candidatos estos partidos simulan sistemas que mutan según intereses del titiritero que controla a líderes partidistas y aspirantes como marionetas. Finalmente, al estilo bíblico, se transmutan primogenituras por lentejas tal como Esaú y Jacob en el Antiguo Testamento; se ceden cargos ejecutivos por senadurías y diputaciones, aunque algunos Esaú´s protestan, pronto son silenciados y conformados y/o amenazados.
En otro gambito político, se lanza al ruedo un “espontáneo”. Quienes “defienden la democracia”, tras bribonada disfrazada de castidad estatutaria, logran sacarlo de la jugada, le encuentran cuentas insanas que utilizan maliciosamente para expoliarlo, no porque pudiera embalarse votos de la oposición como ridículamente algunos quieren creer y hacer creer, eso es imposible, están al tope superior y en tobogán; lo más que podría haber logrado era dividir sus raquíticos sufragios. Toda irrisoria acusación al otro genera y suma más negativos al acometedor.
- Finalmente, como dijo César: “La suerte está echada”; los comicios se realizarán en junio “sin la supuesta grotesca reelección”. Por una parte, se habla de continuidad a lo que, por cinco años está hecho y haciéndose, bien o mal, ese es su juego y las cartas están a la vista; gusten o no son los naipes con las que unos jugarán la partida.
Por la oposición no se ven propuestas, visión diferente de nación; participación ciudadana y juvenil comprometida. Presumen lo ya existente y real, suman puros descontones y mentiras; falacias con que quieren hacer creer que cuentan con todos quienes están en contra del presidente, <>. Su candidata engaña solamente a quienes quieran creerle. No se le ven tintes de gerifalte, menos de estadista y, parafraseándole el famoso adagio salmantino: “Lo que la naturaleza no da, la política no presta”.