Sandra Sierra Limones
Ya empezaron las campañas y lo primero a observar es que no hay mujeres candidatas. Súmenle, réstenle, quítenle el número que pensaron, junten bloques de competitividad y lo que gusten, pero para Torreón ningún partido consideró que una mujer pudiera aspirar a abanderar los destinos de la ciudad de nuestros amores. En términos generales, en la historia, en Torreón ha habido pocos esfuerzos reales para que una mujer llegue a la Presidencia Municipal.
No hay segregación de izquierda ni de derecha, esa es pareja, democrática y uniforme, para este tema todos los señores están de acuerdo: las mujeres son receptoras de abrazos, de propuestas, de buenas voluntades, forman comités, seccionales, pero hasta ahí, a menos que seas enteramente confiable para los señores del poder, por ser por ejemplo… la esposa, ahí si puedes acceder a candidaturas con una facilidad pasmosa.
Shamir Fernández no quiere ensuciarse con sus propuestas para las mujeres: peladito y en la boca: más recursos de transferencia, ahora con una tarjeta que igualmente construye vivienda que entrega despensa. Estas tarjetas mágicas se han vuelto la ultima moda en las campañas: la transformadora, la tarjeta madre, cámbienle colores y es exactamente lo mismo: sin diagnósticos previos, sin análisis cualitativos ni cuantitativos, como si las brechas de desigualdad se pudieran abatir rellenándolas de despensas. El flamante candidato morenista nos ve como todos los de su color, mas como objetos como si todas fuéramos iguales y requiriéramos la misma “tarjeta”:
Román Cepeda tiene mucho que arreglar: el andamiaje institucional es inmejorable. Un Instituto Municipal de la Mujer descentralizado, con presupuesto propio y con una junta de Gobierno está para más que para hacer pan y pizzas. No es que hacer pan y pizzas este mal, pero otra vez, no incide, no abona para transversalizar la perspectiva de género en la administración pública municipal que es el objetivo real y final de un mecanismo municipal para el adelanto de las mujeres.
La paridad nos ha dado una falsa sensación de avance que no es cierta: el sistema patriarcal tiene muchos recursos, uno de ellos es tener al frente a mujeres que replican el liderazgo masculino competitivo y salvaje, otro es buscar mujeres “a modo” para tenerlas al frente, la tía, la esposa, la sobrina, mujeres incondicionales que son capaces de sacrificarse con tal que el liderazgo masculino se mantenga y se sostenga… otro recurso es la violencia, esa que se calla con la esperanza que a la siguiente si “me toque” ganar con el silencio y la obediencia un lugar que por justicia nos corresponde.
Nuevamente, seremos las mujeres las que definiremos el curso de las elecciones, nos toca conocer a profundidad propuestas, formas de vida, congruencias y capacidades de todos y todas las que se aspiran a un puesto de elección popular para ejercer un voto razonado y consciente.