Un hombre que ve sin usar sus ojos, un millonario obsesionado en lograr descifrar el secreto y un festín de colores para los fanáticos de Wes Anderson, en delirantes 39 minutos.
Víctor Bórquez Núñez
El director Wes Anderson se caracteriza por el empleo (maravilloso) de la paleta de colores y por crear atmósferas surrealistas en la puesta en escena, llegando a delirantes resultados. Su cine es formal, le interesa la forma, el estilo visual, la manera en que los escenarios, los objetos y los detalles revelan más que las acciones de sus personajes.
Esta manera de concebir el cine puede ser considerada como teatral, anti cinematográfica tal vez, pero es fascinante, sobre todo cuando el espectador acepta las reglas del juego y disfruta de sus historias que están siempre en el límite exacto de lo onírico. Y este estreno, viene precisamente a confirmar que todas sus constantes visuales están intactas en un cortometraje de apenas 39 minutos que es una adaptación de un cuento del afamado escritor Roald Dahl, titulado como “La maravillosa historia de Henry Sugar” (The wonderful story of Henry Sugar, 2023).
Henry Sugar es un multimillonario que no hace nada especial en la vida, es rico porque su padre le dejó toda su fortuna y esto lo agobia, hasta que -por casualidad- descubre un pequeño libro de tapas azules donde se describe la increíble historia de Imdad Khan, un indio que, tras años de práctica constante, alcanzó a dominar la técnica de poder ver claramente sin necesidad de abrir los ojos.
Cuando Sugar descubre esto, su vida se trastoca y queda fascinado con la posibilidad de descubrir el secreto de este poder y emplearlo para estafar en los casinos y disfrutar de sus capacidades. Para ello, comienza un recorrido tras la pista del mentor de Khan, entrando en territorios desconocidos y acaso, peligrosos.
Esta película, su construcción visual, semeja a las capas de la cebolla, en el sentido que un relato lleva a otra situación y ésta se abre a otros escenarios, en donde se empieza a contar una nueva historia y así hasta envolver a los espectadores que pasan de decorados artificiales y coloridos a otros más increíbles todavía, en apenas 39 minutos que se deslizan como agua entre los dedos.
La obra de Roald Dahl no le es ajena a Wes Anderson, quien había realizado antes una exquisita aventura en stop-motion titulada “El fantástico Sr. Fox”, donde estrujó su estilo y siendo fiel al espíritu del autor de ‘Matilda’ y ‘Charlie y la fábrica de chocolate’. Y la cercanía del escritor con la estética de Anderson son el mejor nexo entre ambos: el afamado creador de ‘Moonrise Kingdom’ se inspira en la obra del novelista galés, porque coinciden en el gusto por el surrealismo desaforado y el empleo de la ironía.
La magia de este mediometraje es el estilo visual, rasgo distintivo de Anderson que acá alcanza su exageración creativa absoluta, usando una paleta de colores apastelados, emplea todos los recursos del teatro con sus telones falsos que se van cambiando con cada escena y una narración en donde los protagonistas hablan hacia la cámara.
Sin dudas que este estilo no es del gusto masivo y por lo tanto el director se arriesga, pero sale airoso porque su filme es acotado, coherente y casi siempre sorprendente en sus recursos visuales como en el desarrollo de su historia. Y en todo momento el realizador deja claro que lo desplegado ante nuestros ojos es una fábula y como tal debemos asumirla, narrada en un tono de gag (chiste visual) constante.
Tres elementos contribuyen para que “La maravillosa historia de Henry Sugar” de Wes Anderson se encumbre como uno de los mejores filmes de 2023: uno, es el riesgo ya mencionado, en donde el director no se preocupa de agradar a los espectadores sino de ser coherente con su estilo; dos, el elenco de actores que es formidable: Benedict Cumberbatch, Ben Kingsley, Ralph Fiennes, Dev Patel y Richard Ayoade y tres, la brevedad de su metraje que, irónicamente, es quizás, su único defecto si consideramos que no se alcanza a desarrollar la historia en su justa medida y todo termina siendo casi como un capricho -notable capricho- de uno de los más interesantes directores actuales.
Este filme acaba de estrenarse en la plataforma de Netflix.